Opinión

Estuvo en nuestras manos

Lo veremos. Quien se oponga a que PSOE, Podemos y ERC intenten que el español no sea lengua vehicular en España, lo tienen claro. Les acusarán de fomentar la segregación por sexos en los colegios. Como la reforma que pretenden impulsar estas tres formaciones recoge las dos propuestas, si te opones a una, te dirán que te opones a la segunda. Es como si en una propuesta de Ley se llamase a matar a los calvos y a la vez a prohibir matar a los miopes. Si te niegas a que maten a los calvos, te acusarán de apoyar el asesinato de los miopes. 

Algo raro pasa cuando un país tiene que esconder su bandera, pero lo que ya parece de locos es que su idioma deje de ser “lengua oficial del Estado” y “vehicular” en la enseñanza, sobre todo cuando es, entre los más de siete mil idiomas del mundo, el segundo más hablado. Pero bueno, en estas estamos. 

Desde esta columna, y no sin pocas críticas, siempre se ha defendido el derecho de segregación de los territorios; por la sencilla razón de que si se defiende el derecho inalienable de agruparnos voluntariamente en cualquier colectivo, hemos de respetar con el mismo ímpetu el derecho que ampara a cualquiera a dejar de pertenecer al mismo. ¿Qué es lo que pasa? Que unos tienen una agenda inteligentemente planificada (los indepes) y otros son de darles de comer aparte. Los primeros esperan a plantear el referéndum, a que no haya marcha atrás, yendo sobre seguro, apostando a caballo ganador porque, los segundos, sin agenda, incapaces, se lo han puesto en bandeja. ¿Se puede apoyar un referéndum en estas condiciones? Lamentablemente sí. Resulta del todo legítimo.

Tan legítimo y democrático como el dictador que después de someter a la hambruna más lamentable a su pueblo, por fín convoca y gana unas elecciones libres comprando los votos a cambio de promesas de repartir cartillas de alimento. Nadie como el comunismo utilizó el hambre como herramienta para el manejo de masas. También hemos visto a otros dictadores ganar elecciones democráticamente convocadas. El independentismo catalán va camino de alcanzar democráticamente sus objetivos, no porque lo hayan hecho muy bien, que también, sino por la indolencia y actitud suicida de los políticos y, detrás de ellos, de todos nosotros, por votarles.

La maquinaria sigue. La educación y la lengua son claves estratégicas para el independentsimo. Ellos continúan adelante, y Celaá, Iglesias y Sánchez, legitimando su victoria. Estuvo en nuestras manos una convocatoria de referéndum en condiciones de igualdad, pero ya es tarde.

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