TRIBUNALES

El ex jefe de drogas en Ourense defiende su trabajo con los confidentes

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Explicó ante el juez que es más eficaz combatir "a los que introducen" los estupefacientes en Ourense 

Tres de los investigados en la operación Zamburiña contra el tráfico de drogas y omisión del deber de perseguir delitos se vieron de nuevo ante el juez. Esta será la última vez. La instrucción está prácticamente concluida desde que el 4 de marzo de 2015 la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía Nacional daba cuenta al juzgado de una investigación preliminar y reclamaba las intervenciones telefónicas que derivaron en la imputación, entre otros, de cuatro policías del exgrupo de Estupefacientes de la Comisaría. En estos algo más de dos años, la instrucción cuajó en más de 20 tomos y 16 investigados que muy pronto conocerán si van o no a juicio.

No obstante, el instructor llamó a declarar a una de las principales protagonistas de las diligencias: Josefa P.G., "Pucha", a quien los investigadores atribuyen la mayor parte de la droga incautada, cinco kilos de cocaína, uno de heroína y otro de hachís. Pretendía interrogarle sobre la pistola eléctrica tipo Táser hallada en los registros, pero Pucha no abrió la boca. Se limitó a exhibir diplomacia, saludando con dos besos a los agentes.

También entró y salió a los cinco minutos Felipe M.A., policía jubilado que trabajaba en la división antidroga, ya que la primera vez que lo hizo tras su detención, en noviembre de 2015, no quedó bien recogida en el soporte de grabación.

Por contra, el ex jefe de drogas, Antonio R.F., contestó a 26 preguntas de su letrado, la mayor parte tendentes a apuntalar su perfil profesional en Ourense desde el año 2000, primero como coordinador de servicio en el Grupo Operativo de Respuesta (GOR) y después comandando la unidad de estupefacientes de la Policía Nacional en Ourense.

El investigado aclaró que antes de verse involucrado en la Zamburiña, por supuestamente brindar trato de favor a traficantes como Pucha, nunca había sido expedientado. En su relato, habló de las dificultades para combatir el tráfico de drogas con agentes uniformados. "La mejor forma es sobre la gente que introduce la droga en Ourense no sobre la gente que la distribuye", destacó. Al frente del grupo antidroga, desde el 12 de diciembre de 2014, priorizó la identificación a los proveedores que desde la costa traían cocaína a la ciudad -"los que hacen entrega de unos kilos y desaparecen"-. En este apartado, se detuvo para defender el trabajo policial con confidentes. "Es difícil llegar a esas personas sin información, pero fácil al que distribuye, y esa información se obtiene de la gente que está en contacto con ellos", destacó, en alusión a los vendedores en la ciudad.

Antonio R.F. también aprovechó su declaración para hacer balance ante el juez de la eficacia de su grupo en la lucha antidroga: durante su etapa, se incautaron 46 kilos de hachís en menos de un año y "en estos momentos no llega a un kilo".

En cuanto a su relación con Pucha, la circunscribió al ámbito profesional como informadora suya desde 2011, aunque también lo era de otros policías -grupo de drogas de la UDEV- e incluso de la Guardia Civil.

Dentro de la presión que se ejercía sobre los traficantes (15-20 cacheos, paradas o intervenciones diarias), a Josefa P.G. se la paró en varias ocasiones -añadió-, pero nunca la fue incautada droga (llevaba dinero). Y, aunque era confidente, "si se la veía con droga hubiera sido detenida".

Aprovechó su comparecencia para arremeter contra los agentes de Asuntos Internos porque, según valoró, mienten. En concreto, según alude, en relación a la llegada a la ciudad de un traficante de O Grove, proveedor de Josefa P.G., con un kilo de cocaína. "Sería la primera vez que sin conocer al vendedor se trajese un kilo en la primera entrega", aseguró. Además, ese contacto se aprovechó para balizarle el coche (instalar un geolocalizador).

Asuntos Internos habla de muestras de 12 gramos a las que el ex jefe de drogas hacía la vista gorda. "Es imposible que un señor que mueve kilos entregue 12 gramos porque puede ser detenido y las muestras no se pagan. Suelen ser de dos o tres gramos para que el futuro comprador compruebe la calidad". 


El origen: "el rencor y los celos"


Antonio Troncoso de Castro, el letrado de Antonio R.F., aseguró a la salida de las declaraciones que la Zamburiña tiene su origen  "en unos denunciantes que actuaron por rencor y celos, que se sintieron ofendidos al verse uno de ellos destituido de la jefatura de servicio en una ciudad donde todos se conocen", en clara alusión a Roy D.L., el inspector imputado por el homicido de Celso Blanco al que relevó Antonio R.F. al frente del grupo de drogas. A su juicio, hay un trasfondo de celos "por la eficacia de un funcionario y su equipo que pone en evidencia la poca actividad de los procedentes y seguramente de los siguientes". Troncoso de Castro cree que la jueza de intrucción 3, que ve la causa del homicido, debería asumir todos los asuntos por conexión delictiva, recordando que  unos "anónimos, que por venganza no se ajustan a la verdad, desencadenaron una persecución inquisitorial ".

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