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El éxodo cuadruplica las atenciones a venezolanos en las entidades sociales

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photo_camera Algunos de los venezolanos residentes en la ciudad, en la sede de la Federación de Venezolanos.

Xunta y Gobierno corroboran el aumento de las llegada desde el otro lado el charco, ahora con familias enteras con niños

La situación socioeconómica en Venezuela preocupa a las organizaciones benéficas y a las autoridades, que están atentas al desarrollo de los acontecimientos y reconocen una excepcionalidad que obliga a tomar medidas. Así, la entidades sociales corroboran los datos facilitados desde la Federación de Venezolanos de Galicia, en relación al goteo incesante de familias de ese país llegando a Ourense.

En Cáritas, se han multiplicado ya por cuatro las llegadas de gente de ese país desde 2016. Aquel año, atendieron a 61 personas procedentes de Venezuela, y ya el año pasado esta cifra ascendió hasta 215 personas.

Y este 2018 no deja de crecer la cifra, y el éxodo se está acentuando. A principios de julio, Cáritas había atendido ya a 190 personas, casi tantas como en 2017, y, según asegura el coordinador de programas de la entidad en Ourense, Óscar Diéguez, a estas alturas ya se ha superado, y prevén que se puedan doblar a finales de año estos números.


Va a más


En Cruz Roja, la responsable del área de Inmigrantes, María Martínez, certifica un "aumento considerable" a lo largo de este año, "aunque ya se empezó a notar en 2017". El perfil de los atendidos está cada vez más claro: gente joven, de entre 25 y 49 años, formada, y en busca urgente de empleo y mayor seguridad.

La Xunta de Galicia no duda en calificar de "preocupante" la situación que se vive al otro lado del charco y el secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, aclara que ya ha pedido al Gobierno central que se trate la llegada de gente sin documentación "como un caso especial".

Y es que, según Cáritas, el 40% de los que llegan a la provincia en busca de ayuda son retornados o familiares de ellos –es decir, que cuentan con nacionalidad española–, pero hay muchos más –un 60%– que llegan sin vínculos de sangre, atraídos por conocidos.

El problema que están detectando, incide Diéguez, es que "casi todos tienen formación pero llegan sin la homologación de sus títulos, debido a las prisas y lo caro que resulta hacerlo en Venezuela". Hasta 1.500 euros puede exigir el Gobierno por la convalidación del título, algo que, en vistas de la precaria situación económica en la que vuelven muchos, lo hace insostenible. "Un 35% llega sin ingresos de ningún tipo; ni prestaciones, ni rentas allá...", explica Diéguez.

El patrón está cambiando y, como señaló a este periódico la oficina de atención al venezolano, Cruz Roja resalta que "están llegando muchas familias enteras con niños pequeños, que buscan principalmente ayuda para encontrar empleo".

El flujo se ha incrementado este año, pero parece no tener fin, dice María Martínez: "La gente está saliendo, llegan muchos que tienen gente esperando allá para venirse ". Y coincide con otros análisis: "Antes venía gente que tenía más vínculos con Galicia, y ahora vienen porque tienen conocidos venezolanos aquí".

Desde la Subdelegación del Gobierno en Ourense, confirmaban ayer a este periódico que se está produciendo un "aumento considerable" de las llegadas de venezolanos, aunque en este caso resaltan que es "predominantemente de emigrantes retornados".


“Máis sensibilidade"


Desde la Secretaría Xeral de Emigración, Rodríguez Miranda apunta a que se está creando una "rede de apoio social" que empuja a muchos a venir a Ourense y Galicia, gente que es "xoven, formada e emprendedora", y también muchos indocumentados. "Esa é unha preocupación, e cremos que hai que ter unha sensibilidade esecial con eles, e darlle máis axilidade aos trámites".

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