TRÁFICO - EN OURENSE

La falta de aptitudes psicofísicas retira de la carretera a 14 conductores al mes

Tráfico abrió una investigación para conocer el estado de salud del hombre que provocó el accidente mortal en Larouco

Un accidente de tráfico es como un mueble con tres patas, en las que dos posicionan y la tercera estabiliza para no caer de bruces: el estado de la carretera, el vehículo y las condiciones psicofísicas del conductor.

En el último accidente mortal ocurrido en Ourense, el pasado sábado, la Guardia Civil de Tráfico reparó en su atestado en el estado de salud del conductor del turismo, de 54 años y residente en León, que invadió el sentido contrario en un tramo sin complicaciones de la N-120 a su paso por Laoruco y chocó contra un motorista, un policía local oriundo de Vigo, que falleció.

Considera que deben ser evaluadas sus capacidades psicofísicas para conducir.


Hace siete años sufrió un ictus y, según fuentes cercanas al caso, Tráfico ha pedido una aclaración al psicotécnico para ver el informe del neurólogo que debió acompañar en la última revisión que consta en su historial (2011), cuando recuperó el permiso (se quedó sin puntos por cuatro infracciones de no uso del cinturón)


En Ourense, la Dirección General de Tráfico retiró en lo que va de año 97 permisos (cautelar o definitivamente) por falta de aptitudes psicofísicas. Una cifra nada desdeñable si se le suman los 114 expedientes que están sobre la mesa pendientes de la valoración de la inspección médica (Sergas).

El ritmo es imparable: entre 2017 y los primeros siete meses de este año se cursaron 407 expedientes de pérdida de permisos por cuestiones de índole médica. Todos ellos iniciados por Tráfico, tras un informe policial o médico aportado por familiares u otras instituciones (juzgados, Imelga...).

A más de la mitad -232- se les impuso una medida cautelar en un primer momento para prohibirles ponerse al volante incluso antes de que Sanidade resuelva. Se trata de los casos más claros: accidentes previos o patologías graves.


Actualmente, en torno al 68% del censo de conductores de la provincia (205.317 a junio de 2018) puede conducir pero con alguna limitación. El 52% tiene que usar lentes y un 8%, audífono


Si bien es cierto, tal como explica el jefe provincial de Tráfico, David Llorente, "lentes y audífonos no implican nada más si con su uso se alcanza la agudeza visual o auditiva requerida; si no se alcanza o bien no pueden conducir o se limita en el tiempo la validez del permiso para hacer un mejor seguimiento".Otro dos por ciento del censo puede ponerse al volante pero con dos espejos exteriores y un interior panorámico.


2000 solo conducen de día


Pero lo más representativo son los miles de conductores que solo pueden coger el coche de día (2.000) o tienen limitado el radio de acción -1.800 tienen limitado los trayectos desde su domicilio-, no pueden circular por autovía o autopista, tienen que ir con acompañante, en un coche con cambio automático o tienen limitada la velocidad (900 conductores) a 80 kilómetros por hora.

La elevada edad del censo influye en las prohibiciones, según Llorente. El 18,9% de los titulares de algún tipo de permiso tiene más de 65 años y constan 6.527 con más de 75 (8,4% del total).

La limitación en este segmento de edad incita un debate que en Ourense no es baladí por sus muchas implicaciones y el peso de los núcleos rurales.

"En el medio rural ourensano, el 80% de la población tiene más de 80 años, pero no podemos olvidar que son pueblos donde antes había más servicios, porque subía el pescadero o el butano, y no había esa dependencia del coche", valora el responsable provincial del Imelga, Julio Jiménez Féliz, un forense acostumbrado a ver casos en los que se intenta limitar las capacidades civiles de los individuos y también muchos muertos en accidentes.

Este médico asegura que no se puede privar de modo tajante a los conductores más mayores. "Es muy fácil prohibir, pero no siempre es justo, y en aras de proteger a toda la ciudadanía no puedes ir limitando libertades individuales".

Y se explica: "Son mayores, con limitaciones y despistes, pero se les hace necesario el coche si viven en los pueblos", dice, salvo que la Administración "habilite un servicio de transporte público eficiente que abarque todo el rural". A su entender, son necesarias restricciones -por ejemplo circular por autovías o vías de alta capacidad porque se prestan a la confusión- pero "es muy injusto que les limitemos la capacidad de conducir cuando es un medio imprescindible en el rural ourensano".

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