La falta de financiación para el cine, un problema común

photo_camera El actor Nabil Asli y los directores Alexandre Powelz y Camilo Cavalcante.

Los directores Powelz y Cavalcante y el actor Asil explicaron sus películas en competición 

Tres mujeres brasileñas que viven sus historias de amor y deseo, tres mujeres en Alemania que transitan por el amor y la pérdida, y un hombre en Argelia que se ve atrapado en la soledad de su falta de virilidad. Está claro que el cine es un lenguaje universal en el que tienen cabida todas las historias que puedan o quieran ser contadas, tanto si se está en Argelia, Alemania o Brasil porque al fin, todas son retazos de vida. El brasileño Camilo Cavalcante con "La historia de la eternidad; el director alemán Alexandre Powelz, de "Ohne dich", y el actor Nabil Asil, de la película "La prueba", explicaron ayer sus proyectos cinematográficos con los que compiten en la sección oficial del Festival.

Y a pesar de la disparidad geográfica, las situaciones a las que se enfrentan estos creadores no son muy diferentes. La dificultad de permanecer en las salas de exhibición con películas que no lleven el sello norteamericano y el complejo acceso a la financiación para el proceso creativo, parecen ser un valor universal en el mundo del cine.

Camilo Cavalcante explicaba que "la gran dificultad para hacer cine en Brasil es económica. Rodar supone siempre un ejercicio de paciencia y persistencia. Aunque en Pernambuco han comenzado a concederse subvenciones en las que el audiovisual es una prioridad y eso ha mejorado algo la situación". Alexandre Powelz, cuya película es su primer trabajo, reiteró estas complicaciones. "Está claro que el problema no es el guión, ni los actores, sino la financiación. Nosotros tardamos tres años desde que teníamos la historia", explicaba. Añadió que "en Alemania el sistema es complicado porque tienes que elegir a qué estado pedirle la financiación y ver qué condiciones establece cada uno de ellos. El primer trabajo es el más fácil, además nosotros hemos trabajado con un presupuesto bajo, porque nadie te exige ni espera nada. En los siguientes ya comienza a haber algo de presión".

El actor Nabil Asil remarcó que "hacer películas es muy complicado, vivas en el país que vivas", y destacó las "coproducciones" como una de las alternativas. Apuntó además a la complejidad de la distribución y la definió como un círculo vicioso: "La financiación depende en parte de que la gente vaya al cine a ver la película, pero en el caso, por ejemplo de Algeria, apenas existen salas y en las pocas que hay casi nada se puede proyectar". Cavalcante y Powelz asintieron y también subrayaron que "el tiempo de permanencia de una película no norteamericana en Brasil es mínimo, así que si gusta y la gente la comenta al siguiente fin de semana ya se ha sacado de la cartelera y así es muy difícil", remarcaba el brasileño.

Respecto a sus películas, Powelz destacó que su historia la cuentan las mujeres "porque ellas responden mejor ante las situaciones dramáticas, ellos son mucho más simples". Para Cavalcante, su película es "una historia de amor, de deseo contada por tres mujeres diferentes con las que busqué provocar a la sociedad brasileña. Ellas toman la iniciativa en estas relaciones". Finalmente, el actor Asil explicaba que "hemos contado una historia sobre un tema tabú y que provoca soledad: la falta de virilidad".

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