crónica

Fátima ilumina la noche ourensana

La Virgen de Fátima, acompañada en su recorrido hacia la Catedral por miles de ourensanos como cada año (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera La Virgen de Fátima, acompañada en su recorrido hacia la Catedral por miles de ourensanos como cada año (XESÚS FARIÑAS).

Miles de devotos quisieron acompañar a la Virgen en la tradicional procesión de la ciudad, dejando las calles iluminadas por la luz de las velas. La comitiva arrancó del templo de O Couto para terminar en la Catedral. 

La ciudad vivió este lunes su noche más larga, la de la Virgen de Fátima, una cita que cada año acoge a miles de devotos en las calles e ilumina la oscuridad con la luz de sus velas. Desde el templo de O Couto y hasta la Catedral, los fieles ourensanos dieron buena cuenta de su fe.

 Desde última hora de la tarde, la iglesia de Fátima acogía a los vecinos que querían ver la carroza de la imagen -decorada con las flores ofrecidas en la Misa de las Madres del pasado domingo- antes del inicio de la procesión. A las puertas del templo, numerosas mesas en las que comprar velas, aunque muchos son los ourensanos que prefirieron traérselas de casa. A falta de poco más de media hora para el inicio del recorrido, en la calle Ervedelo, cortada al tráfico por la Policía Local, no entraba ya ni un alfiler.

Alrededor de las once menos cuarto, numerosos estandartes salieron del templo arrancando la procesión, rodeados de numerosos vecinos y seguidos de la Virgen de Fátima, a la par que el silencio iba invadiendo la escena. El obispo de la ciudad, Leonardo Lemos, y numerosos miembros de la diócesis, acompañaron la imagen, cerrando el círculo de devotos que rodeaba la carroza para evitar incidentes.

Frente a Fátima, marcando el paso, tres pequeños que representaban a los tres pastorcillos, Jacinta, Lucía y Francisco -los tres niños portugueses que afirmaron ver a la Virgen en la Cova da Iria, en Portugal, en 1917-. 

Una vez que la carroza tocó la calle Ervedelo, comenzó la lluvia de pétalos de rosa desde las ventanas. Cientos de vecinos lanzaron desde sus ventanas las coloridas ofrendas, al paso de la imagen, que avanzaba lentamente debido a la gran afluencia de devotos. Desde algunas esquinas se podía escuchar el oficio religioso, a través de los aparatos de radio de los puestos de velas. "La Virgen está frente al colegio Santo Ángel, el inicio de la la comitiva, en el puente de Ervedelo, y el final, frente al templo de Fátima", se podía escuchar desde los transistores. La voz del párroco se podía escuchar a lo largo de la procesión, donde pequeños y mayores seguían con atención el rezo del rosario.

Cada cierto tiempo, la voz entonaba el Ave María, acompañado por las miles de personas que participaron en la procesión: "Dios te salve, salve María, llena eres de gracia, el Señor, el Señor es contigo...".

Pasadas las once y media de la noche, la cabeza de la comitiva todavía tomaba la esquina del Pazo Provincial, para ascender hasta Lamas Carvajal y, de ahí, a la Catedral. Algunos fieles se fueron retirando a medida que la imagen avanzaba, pero muchos de ellos quisieron acompañar a la Virgen durante todo el recorrido. "Nosotras nos vamos ya porque mañana tenemos que madrugar, pero nunca faltamos a la cita", aseguraba María José González, que volvía a mirar la imagen antes de marcharse. "Qué bonito", señalaba.

Pasada la medianoche, el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, iniciaba la misa dedicada a Fátima, en una Catedral en la que no cabía un alma. Desde fuera eran muchos los que acompañaban el rezo. Durante el oficio se recordó la figura del pastorcillo Francisco Marto de forma especial, ya que el próximo año será el centenario de su muerte. "Salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres..." se escuchó hasta bien entrada la madrugada.

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