FÚTBOL SALA

Un final de año para olvidar del Cidade y el Envialia

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El Envialia se las prometía felices tras el título copero, pero amaga ahora con salir del top 8, mientras el Burgas sigue a un mundo de la permanencia

 

 

El 2017 se ha convertido en el año de los contrastes para el fútbol sala femenino ourensano en la élite nacional. Ourense Envialia y Cidade de As Burgas llegan a las minivacaciones navideñas muy lejos de sus respectivos objetivos. El Envialia, que se las prometía felices tras el título en la Copa de España del pasado junio en Poio, amaga ahora tras la derrota en el duelo gallego del viernes ante el Burela (4-5) con salir incluso del top 8. Y es que el equipo entrenado por Chipi marcha séptimo, con solo dos puntos de ventaja sobre el noveno. También a años luz de la meta de partida se encuentra el Burgas, que después de 13 jornadas continúa sin ganar esta temporada en la liga y tiene la zona de permanencia a nueve puntos.

El año de las disparidades para las ourensanas comenzó a escribirse hace algo más de seis meses. Entonces, el Envialia certificaba la clasificación para la Copa de España después de firmar una quinta plaza en la liga e igualar el registro del primer curso de Chipi en el banquillo ourensano, mientras el Burgas confirmaba una temporada más su presencia en la mejor liga del mundo después incluso de mantener opciones de clasificarse para la Copa hasta la última jornada. Al final, novena plaza para las jugadoras de Codeso.

Y para el Envialia, el mejor de los postres, el regreso del conjunto blanquinegro a los títulos nacionales gracias a un fin de semana perfecto en el polideportivo de A Seca.

Precisamente la Copa de España debería marcar un punto de inflexión en el equipo ourensano. El proceso de renovación iniciado por el técnico vigués parecía empezar a dar resultado y de cara a la nueva temporada las expectativas eran muy ambiciosas.

Y el arranque de curso certificaba las perspectivas más optimistas ya que el equipo mandaba en la liga y lograba la clasificación para la semifinal de la Copa Xunta.

Pero un mes bastó para echar por tierra todos los sueños blanquinegros. Entre finales de octubre y mediados de noviembre, cuatro derrotas y un empate que le alejaron de la cabeza de forma practicamente definitiva pues en la zona noble el Atlético no cedía.

Además, Claudia Terrés, uno de los refuerzos, abandonaba la disciplina del equipo. Salvo milagro, a las de Chipi ya solo le quedaba luchar por una pedrea, pues el premio gordo ya había salido. Y en ello anda ahora un Envialia que debe asegurar primero los puestos de Copa de España y después no ceder más terreno con los de arriba.

De castigo en castigo

Quien va de castigo en castigo en la liga es el Burgas. Tanto es así que la hombrada de arrancar un empate al todopoderoso Atlético queda minimizada por la precaria situación clasificatoria del equipo. La marcha de Iria, la última de las grandes figuras de la liga que quedaban en las blanquiverdes, hacía mudar el objetivo pero ni los más pesimistas podían imaginarse la situación actual. Todavía quedan dos jornadas para finalizar la primera vuelta del campeonato pero las sensaciones es que o se obra el milagro o las posibilidades de que el proyecto de cantera que esta temporada cumple una década tendrá que continuar en Segunda. De producirse, ni mucho menos sería un drama, pero la élite siempre es la élite. La última oportunidad de engancharse a la lucha por la permanencia llega después de Navidad, tras el derbi, con el duelo ante el Cádiz FSF.

La única alegría en este segundo tramo del año para el Burgas ha sido la clasificación para la semifinal de la Copa Xunta.

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