TRIBUNALES

El final de la crisis reduce los casos que requieren intervención judicial

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photo_camera La crisis provocó el cierre y liquidación de algunas empresas, con los consiguientes despidos, como es el caso de T-Solar, cerrada en 2013.(M. ÁNGEL)

Concursos de acreedores, despidos o ejecucuciones hipotecarias han descendido más de un 80 por cien este año en los juzgados de la provincia tras el repunte de los últimos años

La crisis ha suavizado sus efectos, también en los órganos judiciales. Crecieron de forma meteórica a partir de finales del 2007, se detuvieron desde el 2014, un camino en el que continúan. El análisis de los indicadores de la crisis en la administración de justicia es vital para entender la evolución socioeconómica de los últimos años porque ante los juzgados se resuelven concursos de acreedores (antiguas suspensiones de pagos), despidos, reclamaciones de cantidades, ejecuciones hipotecarias, procedimientos monitorios (reclamaciones de dinero) o lanzamientos (desahucios). Todos ellos han mitigado sus consecuencias negativas en Ourense.

¿Significa esto que la crisis es historia o que ya la propia crisis ha depurado el sistema? Damián Lucio Juan, asesor de empresas y administrador concursal sentencia: "Ya se liquidaron todas las empresas que debían hacerlo", pero recuerda que "la situación de Ourense no puede ser comparable a otras más industrializadas", lo que mitigaría los efectos de la crisis, si bien reconoce que "las cosas van a hora un poco mejor y la actividad ha subido".

Entre los años 2007 y 2008, primeros de la crisis, creció un 220% el número de empresas que acudieron a concurso de acreedores, una cifra que se fue suavizando solo desde el 2014. Entre los ejercicios 2015 y 2016 ya solo se presentaron 31 casos, con un descenso del 3,1% y en el primer trimestre de este año se anotaron 11 procesos concursales, un 83,3% menos que el mismo periodo del año anterior.

Ángel Pascual, experto en economía forense, habla de un "estancamiento de casos, hay menos concursos porque se ha estabilizado la destrucción de empresas y empleo". Cree que crece la actividad pero también hubo un proceso "de depuración importante". También han caído los casos de despidos que acabaron en los juzgados. En el primer trimestre de este año se contabilizaron 234 casos, un 28,8% menos que en el mismo periodo del año anterior. En el año 2016 se produjeron 478, con un descenso del 16,4% sobre el año anterior. Nada que ver con el bienio 2007 y 2008, que tuvo un crecimiento del 80,5%.

Otros indicadores han sufrido una evolución similar. En el primer trimestre de este año se llevaron al juzgado 427 reclamaciones de cantidades (aunque con un 30,8% de incremento sobre el mismo periodo del 2016), 40 ejecuciones hipotecarias (-5,9%), 984 procedimientos monitorios (-4,7%) y 32 casos de lanzamientos (-3,4%).

MENOS PRESIÓN

"Os efectos procesais da crise pódense estar mitigando, hai unha depuración clara pero a conflictividade social segue sendo parecida", opina Iago Tabarés, abogado. Ve en casos como los de las ejecuciones hipotecarias un efecto de corrección porque la situación económica ha mejorado a grandes rasgos pero también "porque hai unha doctrina do Tribunal Supremo sobre cláusulas incluidas nos préstamos hipotecarios que leva as entidades de crédito a ser máis cautelosas e non facer valer cláusulas abusivas como os vencimentos das hipotecas".

Las cifras que proporciona el Consejo General del Poder Judicial revelan un descenso de los indicadores de la crisis, pero sus efectos perviven. Angel Pascual advierte que "lo que no podemos pensar es en volver a las cifras anteriores a la crisis, que eran totalmente ficticias y retornar a los niveles de empleo y beneficios empresariales de entonces va a ser muy complicado".

Los juzgados que intervienen en procedimientos relacionados con la crisis estarían por lo tanto menos presionados, pero la situación económica aún no goza de la salud que debiera. Damián Lucio lamenta que "el talento se siga yendo de Ourense a otros lugares en vez de retenerlo aquí". Por lo demás, sí cree que "queda el polígono de San Cibrao y poco más". Incluso se pregunta si la sociedad ourensana está dispuesta a conformarse este modelo productivo y "si nos llega con que haya camareros". 

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