Tribunales

La fiscal: “Quiso matarla, si no era para él, no era para nadie"

 audiencia 

 Juicio por intento de asesinato contra Ramiro V. G.,
photo_camera Ramiro V.G. está en prisión provisional por estos hechos.
La defensa del acusado lo niega y alega que "es complicado intentar asesinar a alguien con un albornoz"

Ramiro V.G. (39 años), acusado de intentar asesinar a su expareja con un albornoz el 15 de diciembre de 2018, tampoco quiso hablar en su derecho a la última palabra tras concluir el juicio que durante dos día se celebró en la Audiencia provincial.

Momentos antes escuchó con atención el alegato de su abogada, quien reclama su absolución. Aunque esta última admite que el inculpado estuvo en la casa de la mujer con la que tuvo una relación -el inculpado durante la instrucción lo negó-, cuestionó la acusación de tentativa de asesinato porque, entre otras razones, "el medio empleado no es compatible para matar y es complicado hacerlo con un albornoz". Y mencionó en varias ocasiones las contradicciones de la víctima a la hora de relatar los hechos acontecidos ese día.

La defensa circunscribe lo acontecido "a un ataque en el seno de una discusión previa", en la que antes hubo amenazas de muerte, sin alevosía -la denunciante dice que la abordó por detrás sin posibilidad de defensa-. Y esgrimió la escasa entidad de las lesiones y el desestimiento en la ejecución del delito  -evitar voluntariamente la consumación-, como eximente de la responsabilidad criminal, además de invocar como atenuantes el trastorno mixto de la personalidad del acusado, un trastorno psicótico residual y la adicción a las drogas. "Sufre patologías que influyen en sus impulsos", aseguró la abogada.

La fiscal, al igual que la acusación particular, creen que Ramiro V.G. es un maltratador de libro muy peligroso que intentó asesinar a su expareja sin contemplaciones y que cesó en su acción al creer que estaba muerta. "Quedó inconsciente, creyó que estaba muerta y se fue para otra habitación, por lo que ella pudo escapar de la casa gateando para pedir auxilio a su vecina", explicó a la hora de rebatir el desestimiento que plantea la defensa.

Para la representante del ministerio público, hubo riesgo vital. Los forenses en la sesión de ayer aclararon que "hubo una presión fuerte en el cuello", que mantenida en el tiempo podría haber provocado el óbito de la mujer, tras examinar a la perjudicada (la víctima sufrió lesiones en las partes blandas del cuello, hematomas y una fractura costal).

La fiscal describió lo sucedido como "un ataque sorpresivo, en el que le envuelve la manga del albornoz en el cuello y empieza a apretar". 

En cuanto las contradicciones en el relato de la víctima, las acusaciones se basan en que no hay variaciones "en el núcleo de los hechos enjuiciados".

La petición de pena por la tentativa de asesinato es de 14 años porque tanto fiscalía como acusación particular aplican la agravante de parentesco y la de género, añaden un año más por no respetar el alejamiento. "Ramiro se creía superior a la víctima, la controlaba y era una relación de dominación absoluta", según valoró la acusación pública. Y no pasó por alto que, cuando ocurrieron los hechos, el investigados tenía en vigor había tres órdenes de alejamiento y comunicación con mujeres distintas.

"Si no era para él no era para nadie, cogió el albornoz y quiso acabar con su vida", destacó la fiscal a la hora de cerrar su intervención. 

Pendiente de otro juicio por las llamadas a la víctima desde la prisión

Ramiro V.G. fue condenado ya el pasado año por maltratar a  la expareja que lo denunció por tentativa de asesinato (el juicio celebrado esta semana). De hecho, el 15 de diciembre de 2018 no podía acercarse a ella porque había una medida de protección por la patada en el pecho que le dio al 13 de julio de 2018 en el domicilio de la víctima. También intentó de pegar al hijo de ocho años de la perjudicada pero ella lo evitó.

Por ese episodio fue condenado en abril de 2019 a 42 días de trabajos en beneficio de la comunidad y la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 300 metros y comunicar con ella durante cinco años.

No obstante, tiene pendiente otra causa penal con esta misma mujer por las llamadas que supuestamente le hizo Ramiro V.G. desde la prisión de Pereiro el pasado año, mientras se tramitaba el sumario por la tentativa de asesinato.

El fiscal, por este caso, pide un año de prisión por quebrantamiento de medida cautelar ya que no podía acercarse ni comunicarse con la perjudicada a raíz del intento de asfixia de diciembre de 2018.

Constan tres llamadas el 19 de mayo de 2019 desde la cabina del módulo dos del centro penitenciario al teléfono fijo de M.C. con el fin, según recoge el escrito de acusación de la fiscal, "de que se retractara de la denuncia interpuesta", incumpliendo de esta forma el mandato judicial.

Asimismo, el Juzgado Penal 1 de León en marzo de 2018 lo condenó por un delito de lesiones en el ámbito familiar con respecto a otra mujer con laque tuvo una relación. 

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