La soleada mañana que ayer se vivió en Gomesende sirvió para que muchos lugareños aprovechasen para poner a punto las huertas. "Non é o mesmo pasar aquí a corentena que nun piso en Ourense. Temos a finca, vén o panadeiro, o peixe e tamén o dos conxelados, que máis podemos pedir?", preguntaba -mascarilla en boca- Juan Vázquez, mientras podaba una viña sin salir de su propiedad.
El municipio se enfrenta con resignación a la decisión de la Xunta de mantener el nivel máximo de alerta por sus ocho positivos (de un total de 700 vecinos). El único bar del concello permanece cerrado y las dos tiendas de ultramarinos soportan el bajón. En la panadería de Poulo reparten el mismo pan, pero no venden las bicas y empanadas que antaño adquirían los conductores de la OU-531 rumbo a la aldea los fines de semana. "No rural deberían aplicar outros baremos distintos ao das cidades. Aquí temos os casos localizados e confinados en dous casas", dijo la alcaldesa, Pura Rodríguez.