Así se aparca en la avenida de Zamora, en plena hora punta. En un tramo de menos de 50 metros dos furgones encima de la acera, y los peatones por la calzada. Después se rompen baldosas, se tropezará en ellas, tardarán en reponerlas, lo pagaremos los contribuyentes, y el infractor de rositas. ¡Y la vigilancia “pa” cuando!
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