Opinión

Gallegos de tres mundos

A última hora de la tarde José Amor y Vázquez (coloquialmente Pepe) me llamaba para preguntarme cómo me sentía en el Departamento de Hispánicas, recién llegado de la Universidad de Illinois. No solo fue colega y amigo, también guía y consejero en mis años al frente de la dirección del departamento. Admiré su ultraísmo y empatía, su dedicación a la Universidad, su generoso servicio a la Carter Brown Library y a la Asociación International de Hispanistas, reelegido varias veces como vicepresidente. Le sucedí en el mismo cargo durante una docena de años. Su amistad no tenía fronteras. Y no menos su saber estar. Lealtad, nobleza y honradez. Señalada su larga amistad con su colega David Kossoff, ambos doctorados por Brown, con tesis dirigidas por el afamado William F. Fichter. A él le dedicaron, agradecidos, un memorable homenaje que hizo historia literaria. Contribuyeron insignes académicos y jóvenes promesas que, con el tiempo, se afirmaron como distinguidos docentes e investigadores (scholars). El profesor Amor y Vázquez (1921-2018) fue piedra angular en la fundación y dirección del Centro de Estudios Latinoamericanos y Caribeños, convertido con los años en un programa de alcance internacional. 

Su tesis doctoral sobre la obra de Valle-Inclán se afianzó con ensayos destacables, con la dirección de varias tesis doctorales y con el nombramiento de profesor honorario de la Asociación Internacional de Valle-Inclanistas. En 1989, el II Congreso Internacional de Estudios Gallegos celebrado en Brown le tributó un sentido homenaje. Las Actas, publicadas por la Editorial Galaxia, recogieron los artículos más selectos. Iban dedicadas a Pepe. Ya profesor emérito, fue distinguido, con otros tres miembros del departamento con la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica. Era la primera vez que en la historia de un departamento de hispánicas, cuatro de sus miembros eran objeto de tal distinción. En 1997 fue nombrado miembro honorario de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua.

Natural de la pintoresca villa de Ribadeo, su familia paterna (padre juez y tíos catedráticos de Derecho), se destacaron como activos militantes en tiempos de la República. Dos de sus tíos (Juan y Jesús Vázquez Gayoso) ejercieron como profesores de Derecho en la Universidad Complutense. Destituidos, la familia formó parte de la gran diáspora de la inteligentsia del país, unos rumbo a Cuba, otros a Venezuela, México y Panamá. Jesús, diplomático en el gobierno de la República, ya en La Habana, fue nombrado profesor y Decano de su Universidad. Se destacó como Ministro de Exteriores  y como Plenipotenciario del Gobierno de la República Española en el exilio. El otro tío de Pepe, Juan Vázquez Gayoso, exiliado en Panamá, enseñó también Derecho en su universidad. En la Universidad de la Habana, Amor y Vázquez se especializó en Ciencias políticas y económicas, en Diplomacia y en Derecho. Terminó el doctorado en Brown pasando a formar parte el claustro del profesorado. Su enseñanza e investigación aunaba campos afines a su propia experiencia biográfica: estudios caribeños, literatura peninsular e hispaoaméricana. 

El exilio de gallegos distinguidos en La Habana, a raíz de la Guerra Civil, fue numeroso. A su Universidad asistían, en los años de entre guerras, y conocidos de Pepe (entre sus amigos, “el gallego Amor”), Oscar Dobarro Vidal (Pontevedra), María Paz Abelenda Fernández y José Barbeito López (La Coruña). El primero se graduó en Ingeniería electrónica, José Barbeito en Medicina, Abelenda en Farmacia. Por otros caminos, y en íntima amistad, ya en Estados Unidos, los hermanos Santamarina. Procedían de la aldea de San Martiño, al lado de Fonsagrada. Gallegos de tres mundos. Lo era Antón Risco, hijo del ilustre  don Vicente. A caballo entre su Ourense natal, fue profesor en la Universidad del Estado de  Oregón , en Eugene, Estados Unidos y, finalmente en la Universidad de Laval (Québec, Canadá), de donde se jubiló como profesor emérito. Llevaba a cuestas su orensanía. 

Nadie mejor que José Amor y Vázquez como gallego de tres mundos: Rivadeo, La Habana-Caracas y Providence, estado de Rhode Island. Tres lenguas, tres culturas, tres literaturas: Valle-Inclán como gallego, Carlos Manuel de Céspedes y José Martí como cubano, y Miguel Delibes y Raúl J. Sender como hispanista peninsular. Y en Brown, director de residencias de estudiantes, de estudios graduados, consejero y coordinador de la enseñanza de lenguas extrajeras. Y distinguido miembro y colaborador de la Biblioteca Carter Brown, uno de los centros internacionalmente reconocido, con el Archivo de Indias de Sevilla, por sus fondos en la historia colonial de las Américas, desde su fundación (1492). Pepe: una anónima  rara avis, sin apenas un relato personal y biográfico. Que conste.

(Parada de Sil)

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