Denominaciones

Un gran oro para un Ribeiro que rompe moldes

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“La Treixadura es una gran uva, con muchísimas cualidades, pero se queríamos demostrar que se puede hacer un gran Ribeiro sin ella”. Y este premio le ha dado la razón.

Hacía cinco años que no llegaba al Ribeiro una Gran Medalla de Oro del Concurso Mundial de Bruselas. Val de Souto Benedictus recuperó esa alta distinción para la denominación histórica del vino gallego, que únicamente han conseguido otros dos Ribeiros en lo que va de siglo.

En este 2018 solo dos vinos gallegos tuvieron la más alta distinción y fueron además los dos únicos blancos con tal galardón en un concurso en el que parece que existe una mayor preferencia por los tintos.

Val de Souto Benedictus fructus es toda una revelación por el ensamblaje empleado en su elaboración. Un vino del Ribeiro que no incluye en su receta la uva emblemática del Ribeiro. No hay Treixadura, solo Godello y Albariño. La apuesta, lo explica Brais Iglesias, uno de los socios de esta pequeñísima bodega familiar, trata de romper mitos.

“La Treixadura es una gran uva, con muchísimas cualidades, pero se queríamos demostrar que se puede hacer un gran Ribeiro sin ella”. Y este premio le ha dado la razón.

Con un viñedo de 2,5 hectáreas repartido en varias parcelas que son vendimiadas por separado y cepas que llegan a los 40 años de edad, Val de Souto es una bodega de colleiteiro que solo vinifica con uvas de su propiedad. Sus instalaciones están dimensionadas para 38.000 litros, una cifra que no alcanzan, dado que practican una viticultura en la que priman un bajo rendimiento por hectárea para obtener mejor calidad y una paleta de aromas y sabores más rica.

Benedictus fructus es un vino en el que la conjunción de las dos variedades con las que es elaborado aportan una alta intensidad aromática y un carácter frutal en boca, acompañado por un grado de acidez muy bien afinado, aportando toque fresco que redondea un conjunto muy equilibrado.

En su catálogo tenemos otros dos vinos de gran calidad: Val de Souto blanco, un Ribeiro más clásico, con Treixadura, Godello y Loureira y el tinto, en el que se conjugan Brancellao, Sousón, Mencía y Caíño de una forma ejemplar. Un tinto magnífico, vinificado durante seis meses en cubas centenarias de madera de castaño, toda una reliquia que recupera la esencia tradicional de los tintos del Ribeiro.

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