Movilidad

Cambio de sentido: la avenida de La Habana será de subida

Vehículos circulando por la avenida de La Habana. (Foto Xesús Fariñas)
photo_camera Vehículos circulando por la avenida de La Habana. (Foto Xesús Fariñas)
Tres rondas con carril para autobuses y bicicletas, 10 radares o 10 parkings, claves para peatonalizar

El Concello de Ourense dispone ya de su particular "biblia" para conseguir transformar el modelo de la ciudad, el Plan de Movilidad Urbana Sustentable (PMUS), un documento que contiene un cronograma con 73 objetivos repartidos en 11 categorías cuyo principal desafío es conseguir un Ourense cada vez más orientado a los peatones, pacificando el tráfico y promoviendo los desplazamientos a pie y el uso del transporte público o en bicicleta en detrimento del vehículo privado.

Esta revolución implicará un desarrollo, sin embargo, paulatino con acciones a corto, medio y largo plazo, aunque la mayoría de ellas deberán quedar realizadas o encaminadas en el presente mandato, fundamental para sentar las bases en un contexto estatal que apuesta también por la creación de zonas restringidas al tráfico –solo para residentes y cuyo acceso se controlará por cámaras– en el centro de las ciudades de más de 50.000 habitantes para luchar contra el cambio climático.

La gran "almendra" peatonal añadirá a las zonas actualmente restringidas a los vehículos todo el ámbito comprendido entre la avenida Otero Pedrayo y los ejes Progreso-Zamora y Saínza-Pena Trevinca-Emilia Pardo Bazán, por los que se prevé canalizar el tráfico adecuándolas como rondas, con otro giro significativo como será el cambio de sentido de la avenida de Habana –un tema que estaba en estudio desde verano, como informó este periódico–, que será de subida para facilitar el acceso a la ciudad desde el Puente del Milenio y liberar así todo el entorno del Parque de San Lázaro, una de las zonas marcadas en rojo en el PMUS como espacio a ganar por el peatón.

Características

Esos viales que rodearán la gran zona peatonal tendrán una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora, que se adoptará por norma en todo el casco urbano, y serán reformados para implantar un carril específico para autobuses urbanos y taxis que tendrán, además, prioridad semafórica en varios cruces.

La apuesta por el transporte público es una de las señas de identidad recogidas en el plan de movilidad, obligando al Concello a ser ágil en la licitación de la nueva concesión "para revisar el mapa de líneas, cubriendo las demandas reales (O Couto y San Francisco, por ejemplo, están desconectados) y acabando con un diseño de la década de los 80". Así, se pretende que haya una línea circular cada 15 minutos para fomentar el uso del autobús.

En la distribución de espacios en estos viales también se pretende incorporar a la bicicleta, que se beneficiará de la reducción de velocidad a 30 kilómetros para incorporarse a la calzada. Así, se habilitarán decenas de aparcamientos específicos para este medio de transporte, con un servicio público mejorado y más accesible.

Estacionamientos

¿Hay carencia de aparcamiento? El PMUS es rotundo en que sí, motivo que ve como una de las principales causas de la penetración del vehículo privado en el casco urbano. Por ese motivo, se adopta la propuesta realizada por la Federación Limiar de habilitar una decena de parkins disuasorios en terrenos públicos o privados con conexión con el transporte público y las rondas de circunvalación de la "almendra" peatonal, así como dos equipamientos subterráneos en O Couto (rúa Dalí) y San Francisco (calles Coruña, Pena Trevinca y Emilia Pardo Bazán).

Controles y seguridad

La vigilancia policial será otra de las patas que no podrá faltar en la aplicación del plan de movilidad, poniéndose el foco en cuestiones como los excesos de velocidad. Así, se considera necesaria la instalación de 10 radares fijos en el túnel de la N-120 en dirección a Vigo, las avenidas o calles Habana, Emilia Pardo Bazán, Progreso, Marín, Pena Trevinca, A Granxa, Celso Emilio Ferreiro o Santiago.

Por otro lado, el PMUS recoge las deficiencias en materia de pasos de peatones, con ejemplos de zonas en los que no haya (acceso centro de la A-52 o entorno del Puente del Milenio) o mal colocados (cruce de Habana y Xoán XXIII). Así, se prevé la instalación de un centenar de pasos elevados, eliminar las plazas de aparcamiento en las inmediaciones o siete plataformas únicas (San Lázaro, Concepción Arenal, parque A Ponte, Alameda, Posío, A Carballeira y plaza de la Marina).



La inversión para realizarlo superará los 17,4 millones

Llevar a la práctica el PMUS requerirá, además de la voluntad política de realizarlo, dotar los necesarios medios económicos, incluyendo el documento una estimación de la inversión necesaria durante los próximos años, que asciende a algo más de 17,4 millones de euros, de los que el grueso corresponde a las obras de urbanización de las calles para acondicionarlas para el tránsito peatonal o las actuaciones del plan de accesibilidad vertical y horizontal, también incluidas en el PMUS.

En el desglose realizado por el estudio de arquitectura Urba+, encargado del documento, se estima que las siete plataformas únicas supondrán urbanizar más de 34.000 metros cuadrados, oscilando las inversiones entre los 900.000 euros de la del Posío o los 108.000 de la plaza de la Legión. Mientras, la reurbanización de las calles para las peatonalizaciones afectarán a más de 37.300 cuadrados, estimándose un presupusto de 2,7 millones.

La inversión para hacerse con los radares ascenderá, por su parte, a unos 600.000 euros, mientras que en lo que se refiere a los aparcamientos disuasorios se contempla un gasto de 240.000 euros, apostando por un modelo de concesión para los subterráneos, asumiéndolas las empresas que los construyan a cambio del aprovechamiento de los mismos.

El Concello deberá contemplar también una inversión en la introducción de nuevas tecnologías para gestionar la movilidad y acercarla a los ciudadanos.

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