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Infecciones podológicas durante la infancia

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Las molestias más comunes son las micosis y los papilomas, siendo estos últimos los que se llevan la palma a nivel de dolor e incomodidad

Los primeros años de nuestra vida es común que ciertas infecciones se repitan de manera frecuente entre la población más joven. En concreto, en los pies de niñas y niños se repiten infecciones que los podólogos vemos y tratamos cada día en nuestras consultas, algunas derivadas desde servicios de pediatría y otras acuden directamente a nosotros por lo molestas que estas suelen ser. Las más comunes son las que atacan al tejido dérmico, primera barrera a la hora de defendernos de organismos que desean infectarnos. No son las únicas, ya que se pueden dar infecciones óseas o articulares, pero menos habituales, aunque suelen revestir mayor gravedad.

A lo largo de cada día convivimos con microorganismos, muchos de ellos necesarios y que viven en nuestro cuerpo, otros proceden del exterior, aprovechando cuando nuestra retaguardia inmunológica no está al 100%, para desarrollar infecciones. Las más habituales durante la infancia son las micosis y los papilomas, siendo estos últimos los que se llevan la palma a nivel de dolor e incomodidad.

Papilomas o verrugas plantares, son muchas las personas que han oído hablar de ellas, o han padecido alguna. Se trata del Virus del Papiloma Humano (VPH), el cual varios de sus genotipos afecta al pie, infectando y produciendo un tipo de lesión llamada verruga plantar. Desde el contagio hasta que la lesión aparece pueden pasar de 1 a 6 meses, y a menudo se les confunde con callos (helomas) y son tratados erróneamente, lo cuál exacerba el dolor (durante la infancia es poco probable tener helomas). El modo de contagio más habitual es por caminar descalzos en zonas públicas, como piscinas y vestuarios, o el uso compartido de calcetines o calzado. Es una lesión dolorosa, y en ocasiones pueden multiplicarse o crecer. Los verrucidas convencionales suelen ser insuficientes para su tratamiento, y estas responden aumentando su tamaño y el dolor que producen, por lo que no recomendamos el auto tratamiento. Actualmente aplicamos tratamientos prácticamente indoloros, usando Láser, crioterapia o ácidos, dejando la cirugía para las lesiones que no responden a los tratamientos más conservadores.

Las Micosis pueden afectar tanto a la piel como a las uñas, pero durante la infancia, raramente aparecen Onicomicosis (afectan a la lámina ungueal). La Tiña del pie o pie de atleta es una de las infecciones con más prevalencia en la piel del pie, y los motivos que la producen son la hiperhidrosis o exceso de sudoración, y el uso de calzados oclusivos durante muchas horas. Los más pequeños de la casa se quejarán de que les pican los pies, pudiendo encontrarnos zonas descamadas y/o grietas interdigitales. El tratamiento, además de farmacológico, va encaminado a los motivos que favorecen la infección, es decir, control del nivel de humedad de los pies de niñas y niños, que pasan largas jornadas con el calzado puesto, y normalmente mucha actividad de juego o deporte.

A menudo, las micosis llevan consigo infecciones bacterianas de la piel, de poca importancia pero que suelen generar bromhidrosis o mal olor, e ir asociadas a hiperhidrosis o excesiva sudoración. Suelen ser fácilmente solucionables, y sorprendentemente, no suelen ser un motivo de consulta, ya que el aumento del olor de los pies es gradual. Muchas familias ven como algo normaleste mal olor de pies de sus hij@s, pero realmente no lo es y tiene tratamiento sencillo.

Las infecciones que se producen de manera secundaria a las uñas encarnadas u Onicocriptosis son muy abundantes y dolorosas, se producen por la herida que una uña produce en el borde ungueal. Esto abre una puerta de entrada para que diferentes microoganismos produzcan una infección de la zona y empeore este ya de por si, doloroso cuadro. Normalmente, solucionando la uña encarnada, no suele ser necesaria la toma de antibióticos, que se reservan para casos graves o para pacientes con otras complicaciones a nivel sistémico. Raramente es necesaria la cirugía, muy sencilla, y que apenas genera molestias, y permite una incorporación casi inmediata a la vida normal.

Existe un denominador común que es el exceso de humedad y sudoración en los cuatro tipos de infecciones, por lo que controlarla hará menos probable que se desarrollen. La utilización de calzados y calcetines transpirables, el cambio regular de estos; una buena higiene y secado, y la utilización de talco para pies, son las premisas que damos a nuestros pacientes para un cuidado general de sus pies.

La actividad deportiva, e incluso la propia etapa infantil en sí, hacen que en ocasiones los niños caminen descalzos en lugares públicos, húmedos y en ocasiones con una higiene difícil de mantener en condiciones óptimas. Podemos proteger los pies en actividades como natación utilizando calcetines de látex, utilizar chanclas en vestuarios públicos, pero en piscinas de ocio, a las que acudimos en verano, es donde más vulnerables se encuentran los pies de nuestros hijos a la hora de infectarse de algún tipo de microorganismo.

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