Los ingresos por alquileres permiten vivir de rentas a casi 3.000 hogares

OURENSE (SEMINARIO MAIOR). 21/12/2018. OURENSE. Vista panorámica de Ourense. FOTO: ÓSCAR PINAL.
El ahorro emigrante ha facilitado inversiones inmobiliarias que complementan o incluso colman las necesidades de gasto

La inversión inmobiliaria sigue siendo uno de los refugios favoritos de los ourensanos. Más que por un eventual valor especulativo —comprar para revender obteniendo plusvalías— por la capacidad de generar rentas mensuales que complementen los ingresos familiares. Pero también para vivir de rentas como consecuencia de los alquileres de una o varias viviendas o locales comerciales siempre y cuando ofrezcan un rendimiento notable.

Las fuentes consultadas coinciden en reconoce que en Ourense "hay mucha gente" que vive de rentas. Para acotar esa reflexión baste con consultar la última encuesta sobre las condiciones de vida de las familias. El 2,2% de los hogares ourensanos tiene como fuente de ingresos exclusivos las rentas. Traducido a números, casi 3.000 hogares no tienen la preocupación de ir a trabajar, aunque sí que le paguen los alquileres.

El 46,8% de las familias ourensanas viven del trabajo por cuenta ajena, un 9,84% de trabajar por cuenta propia, el 41,05% de prestaciones —pensiones o nómina de desempleo— y el 2,22% restante, vive de rentas. Forma parte de las peculiaridades socioeconómicas de la provincia gallega que más depende de prestaciones, pero que no lidera la clasificación entre los que viven de rentas inmobiliarias o —en menor medida— financieras, un centro que luce Lugo, con un 5,22% del total.

¿Cuál es el perfil del inversor inmobiliario que vive de los alquileres en Ourense? Al unísono contestan Pedro Seara, presidente de la Asociación de Propietarios de Fincas Urbanas, e Isabel Iglesias Arce, planificadora y asesora financiera: el emigrante. El ahorro sostenido durante años en otros países ha buscado cobijo en el ladrillo en su mayor parte. Seara identifica a personas que "como no van a tener una buena jubilación, fruto de las cotizaciones en países muy diversos, tienen los alquileres como un plan de pensiones".

Pisos y algún que otro local comercial. Esos son los productos refugio. "Algunos han sido capaces de hacerse con un pequeño edificio con viviendas y bajo y siempre le proporcionan ingresos", razona Seara. Pero la pandemia ha provocado moratorias o impagos en los alquileres, lo que ha mermado ingresos en los arrendatarios. 


Envejecer


No es el único problema. El poseedor de viviendas en alquiler es de una generación envejecida "y algunas propiedades se han ido deteriorando y ciertos propietarios piensan ya más en que los hijos se hagan cargo que de hacer reformas", dice el presidente de la asociación de fincas urbanas.

"Sí, hay mucha gente que quiere desviar parte de sus rentas al patrimonio inmobiliario", señala Isabel Iglesias Arce. Sin embargo, sí advierte que "en la actualidad hay herramientas financieras que permiten invertir en bienes inmuebles sin tantos gastos". Cita como ejemplo participar en las Socimi (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario), que invierten en viviendas, edificios, locales comerciales, oficinas, garajes o naves industriales con el fin de arrendarlas. 

Iglesias cree que "muchos emigrantes, tal vez por no disponer de conocimientos financieros específicos, se han inclinado por la inversión directa comprando un piso o un local comercial".  

Ventajas fiscales

También recuerda Iglesias que hay ventajas fiscales para aquellos propietarios que tengan un número alto de propiedades y las saquen al mercado del alquiler. Se trataría de constituir una sociedad en la que, además, debería de haber un mínimo de un trabajador.

Sea como fuere, la inversión inmobiliaria permite una rentabilidad importante. En ese sentido tanto Isabel Iglesias como Pedro Seara coinciden en compararlos con los productos financieros clásicos, como los depósitos bancarios, refugio habitual del ahorrador medio de una sociedad como la ourensana. 


El 46% de las viviendas del 2019 se pagaron al contado


El ourensano arrastra fama de disponer de una gran capacidad de ahorro y los datos del Banco de España así lo demuestran en cuanto a volumen de depósitos y necesidades de crédito, pero también en lo que se refiere a la capacidad de adquirir patrimonio inmobiliario al contado. Un 46% de las viviendas que se compraron el año pasado en la provincia se abonaron sin necesidad de contratar hipoteca en el banco.

El resultado se obtiene cruzando los datos de transmisión de viviendas con la de hipotecas concedidas. El Instituto Nacional de Estadística (INE) certifica que el pasado ejercicio las viviendas transmitidas en la provincia sumaron 1.684 y el mismo organismo público dice que en idéntico periodo se concedieron 907 hipotecas.

Es decir, el 46,% de las operaciones no necesitaron auxilio bancario en forma de hipoteca. Por otra parte, la cuantía media concedida el año pasado para comprar una vivienda en la provincia ha sido de 80.482 euros. Es decir, muy por debajo del valor medio de venta de viviendas en la provincia.

También el Banco de España certifica cada trimestre que los depósitos bancarios siguen creciendo en Ourense, de igual forma que el crédito sigue retrocediendo. Las últimas cifras demuestran que a 31 de marzo de este año —quince días después del decreto de estado de alarma— los ahorradores de la provincia tenían en sus cuentas 8.741 millones de euros, mientras que el crédito sumó algo más de 3.040 millones. Ambas cifras están condicionadas por los primeros efectos de la pandemia del coronavirus, pero hasta en los momentos más duros de la crisis los bancos siguieron engordando sus depósitos. 

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