La actriz Isabel Blanco protagoniza el corto sobre el Lethes que se graba en Lobeira
Las tierras de A Baixa Limia, y en concreto el Concello de Lobeira acogen este puente la grabación del cortometraje O Lima, río do esquecemento. Un trabajo de la productora independiente Ozzypiuntur, con Jordi Romero como director y Ramón Camuñas (jefe de producción), así como Arsenio Landa de O Obradoiro Aula de Ensino como productor ejecutivo. Con un elenco de actores aficionados del Val do Limia, la gallega Isabel Blanco que ha participado en series como Mareas Vivas o películas como Un franco, 14 pesetas, es la actriz protagonista.
¿Cómo se embarcó en este proyecto?
Todo ha sido posible gracias a un cúmulo de coincidencias. La productora ya había pensado en mí para este papel cuando, casualmente, coincidimos en la entrega de premios de Curtas na Rede. Me comentaron el proyecto y quedé encantada. Es una historia muy linda.
¿Qué supone grabar en Ourense?
Estar en Ourense es estar en casa y eso es impagable en mi profesión. Además de la relación profesional con el Festival de Cine, guardo un especial cariño a la provincia porque precisamente mis primeras vacaciones las pasé recorriendo sus rincones con una prima mía. ¿Está resultando difícil la grabación? Difícil no, pero es complejo. Todo está planificado, cada una de las piezas sabe cual es su trabajo, lo que ocurre es que dependemos mucho de la clima y de la propia orografía de la zona.
La mayoría de sus compañe ros de rodaje no son profesionales, ¿se nota?
Por ahora solo he grabado con Alfonso Lois, que es una bellísima persona. Pero creo que la dife rencia no está entre profesional-amateur, sino en la propia persona. Porque hay gente que no domina una técnica pero que trasmite y eso es lo que realmente importa porque la técnica se adquiere con el tiempo. Lo más importante es la materia prima. Por ejemplo, uno de los niños protagonistas, Alfonso Álvarez , de 14 años, tiene una savia nueva, un potencial descomunal. Es tan auténtico, tan de aquí, que da gusto verlo. Ojalá se de la circunstancia para que pueda desarrollar esta cualidad y que sus padres y, en general, la gente que rodea a estos jóvenes artistas sepa ser prudente, porque en esta profesión no se dan milagros.
¿Proyectos de futuro?
A final de año empiezo la grabación de dos nuevas películas. Una de época en Bulgaria y la otra, más actual, en Galicia.
¿Cómo se embarcó en este proyecto?
Todo ha sido posible gracias a un cúmulo de coincidencias. La productora ya había pensado en mí para este papel cuando, casualmente, coincidimos en la entrega de premios de Curtas na Rede. Me comentaron el proyecto y quedé encantada. Es una historia muy linda.
¿Qué supone grabar en Ourense?
Estar en Ourense es estar en casa y eso es impagable en mi profesión. Además de la relación profesional con el Festival de Cine, guardo un especial cariño a la provincia porque precisamente mis primeras vacaciones las pasé recorriendo sus rincones con una prima mía. ¿Está resultando difícil la grabación? Difícil no, pero es complejo. Todo está planificado, cada una de las piezas sabe cual es su trabajo, lo que ocurre es que dependemos mucho de la clima y de la propia orografía de la zona.
La mayoría de sus compañe ros de rodaje no son profesionales, ¿se nota?
Por ahora solo he grabado con Alfonso Lois, que es una bellísima persona. Pero creo que la dife rencia no está entre profesional-amateur, sino en la propia persona. Porque hay gente que no domina una técnica pero que trasmite y eso es lo que realmente importa porque la técnica se adquiere con el tiempo. Lo más importante es la materia prima. Por ejemplo, uno de los niños protagonistas, Alfonso Álvarez , de 14 años, tiene una savia nueva, un potencial descomunal. Es tan auténtico, tan de aquí, que da gusto verlo. Ojalá se de la circunstancia para que pueda desarrollar esta cualidad y que sus padres y, en general, la gente que rodea a estos jóvenes artistas sepa ser prudente, porque en esta profesión no se dan milagros.
¿Proyectos de futuro?
A final de año empiezo la grabación de dos nuevas películas. Una de época en Bulgaria y la otra, más actual, en Galicia.
