Opinión

La frontera

Septiembre de 1996. Un gallego circula con más prisa de la aconsejable por la carretera IP4 (Itinerario Principal 4) portuguesa para no llegar tarde a una entrevista en Porto. La lluvia que anticipa la llegada del otoño ha hecho brotar del asfalto el aceite que durante el verano han soltado los motores de los camiones por el esforzado ascenso o el complicado descenso de la Serra do Marão. A unos kilómetros de Vila Real, una curva ingobernable a una velocidad indebida  hace que el vehículo sufra un revolcón de tres vueltas de campana. El conductor sale sin sufrir ni un rasguño del aparatoso accidente y el pasmo entre los que se han detenido para prestar auxilio temiéndose lo peor es considerable. 

Pasado el susto y como no necesita atenciones médicas, decide llamar a la compañía de seguros para retirar el coche de la cuneta y trasladar el amasijo de hierros hasta un taller de confianza. Uno de los conductores que se ha parado le presta un teléfono móvil porque el suyo no funciona. Al otro lado de la línea le sugieren que se arme de paciencia porque se trata de un servicio en el extranjero. "Pero cómo va a ser un servicio en el extranjero si estoy en Vila Real", responde confundido, hasta que se apercibe de que los límites territoriales no siempre son iguales a las costumbres de las personas que los habitan y mucho menos cuando son fronterizos. 

Año 2018. En uno de los foros más concurridos sobre seguros se indica que antes de viajar a Portugal "es importante que compruebes si tu coche incluye la cobertura de asistencia en carretera en el extranjero. De lo contrario, si sufrieses una avería y no pudieras continuar con tu viaje, el seguro no te cubriría la grúa ni la asistencia". Han pasado más de dos décadas y la respuesta en caso de accidente sería parecida. El Eixo Atlántico acaba de presentar ante los ministerios de Exteriores de España y de Portugal una propuesta para abordar un nuevo tratado de cooperación con el objetivo de mejorar los servicios prestados a los ciudadanos y favorecer la dinámica empresarial. Según explica esta institución dedicada al impulso de la Eurorrexión, el Tratado de Valencia por el que se rigen los dos estados "tiene más de 15 años de antigüedad y limita el desarrollo de la frontera". Ha pasado el tiempo de la paciencia. 

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