LA REVISTA

La moda es realidad

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photo_camera Judit González es una modelo ourensana que se dedica al sector de las tallas grandes.

La ourensana Judit González decidió hace unos años incorporar a su amplia faceta profesional la de modelo de tallas grandes

¿Dónde empieza tu historia como modelo?

Un día pensé en qué trabajos podría realizar además de mis otras facetas profesionales. Leí un poco sobre tallas grandes, parecía que daba el perfil y vi que podía haber un futuro más prometedor que para lo que me preparé, como la mayoría de personas de mi generación. Tuve que superar ciertos miedos antes de enfrentarme a un trabajo como éste pero me tiré de cabeza y, aunque me sigue pareciendo surrealista, soy oficialmente modelo.

No sólo se trata de fotogenia. ¿Qué características se le exigen a una modelo?

Además de unas medidas determinadas, sea la talla que sea, en el caso de las modelos ‘curvy’ se valora mucho la proporción corporal, porque parece que es más complicado. Nuestro trabajo es defender prendas desde que se diseñan hasta que son fotografiadas. Por otro lado, además del físico, creo que una característica clave para enfrentarse a este trabajo es tener una autoestima sana, todos los días recibes opiniones sobre tu cuerpo y, en una sociedad, donde la apariencia es obsesiva, no todas las personas pueden aguantar esta presión.

A veces tendréis que posar con ropa que no os gusta pero que parezca que sí. ¿Hay que ser un poco actriz para ser modelo?

Lo de que no me guste la ropa es lo de menos, incluso es más divertido. ¡Viva el carnaval! En mi caso, para posar delante de una cámara sí considero que estoy interpretando un papel. El de modelo es un rol que no tiene que ver nada con mi personalidad, así que criarme haciendo teatro me ha ayudado mucho al inicio.

Es una profesión en ocasiones injustamente frivolizada. ¿Cuáles son las principales dificultades que encierra?

Yo misma subestimaba este trabajo y tiene unas particularidades que no encontramos en otro tipo de trabajos. Además de una autoestima sana, hace falta tener seguridad en una misma o transmitirlo. Si no, puede ser realmente duro. Somos herramientas, aunque suene frío; pero es así, somos “maniquís móviles”. En mi caso, intento no tomarme ningún comentario sobre mi cuerpo de forma personal, porque las demás personas solamente están haciendo su trabajo, aunque a veces puedo flaquear un poco, nunca mejor dicho. ¡En una ocasión me dijeron que estaba demasiado delgada! Obviamente, con mi cuerpo, no me lo esperaba y no estaba preparada, lo que para otras personas sigue siendo un halago para mí fue chocante. ¡Imagínate mi cara al escucharlo! (Risas)

¿Cuáles son los Principales retos a los que se enfrenta el sector de tallas grandes?

Hay un movimiento por aceptar todo tipo de cuerpos, no solo de tallas gandes. Tampoco hay que hacer apología, porque la obesidad es un problema creciente en nuestra sociedad. La salud debe de ser lo importante pero no hay que discriminar a quien no tiene la suerte de tener una salud plena. Un reto concreto de las tallas grandes es la gordofobia que se nos inculca en esta sociedad, en la que me incluyo. El problema que veo es el mismo de siempre, que la mayoría de las personas tengan el peso que tengan aún quieren ser más delgadas. Personalmente, desde que me quité los kilos de la cabeza y no del cuerpo soy más feliz y, si yo puedo serlo, me da pena ver sufrir al resto, sobre todo, a gente sana que no tiene ningún problema. Bastante compleja es la vida como para perder el tiempo y la cabeza con complejos, valga la redundancia.

En los últimos años parece que hemos normalizado un poco la situación. ¿Es una normalidad real?

No creo que sea real en la actualidad, ha mejorado pero porque se puede hacer negocio con ello. Pese a ello, creo que es positivo, porque si nos acostumbramos a ver personas diversas ganamos todas en general. Me parece una cuestión más importante personificar a las mujeres y no cosificarnos. Así, otros aspectos menos importantes, como la talla, no serían una lacra.

Hace años, las marcas de tallas grandes se enfocaban a un público de edad más avanzada. ¿Ha cambiado esto?

Sí, primero porque la realidad debería ser la que prima. Aunque hay marcas importantes que siguen discriminando, muchas se han dado cuenta que las mujeres reales, sus clientas potenciales, son voluptuosas independientemente de su edad. Destacar el trabajo de mujeres que luchan cada día por reivindicar la diversidad y la aceptación, entre ellas muchas blogueras como las chicas de Weloversize.

¿Ha aportado algo tu trabajo como modelo a tu vida personal? 

Sí, para mi sorpresa, y de una forma muy significativa. Gracias a mi rol de modelo he aprendido a creer en mí, tender a la excelencia y no a la engañosa perfección, que obviamente se ha trasladado a todas mis otras facetas profesionales. Y no hablo de aceptarme físicamente, si no de estar en paz conmigo misma, de ahí mi asombro.

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