Opinión

La política juega de corto

Mi risa es sonora y contagiosa. La política se acuerda del deporte en la apertura de una precampaña en la que todos corren por el voto. Proclamen unión antes de salir a jugar con las promesas electorales y acaban siendo los forófos de unas consignas que defienden con tesón y con fecha de caducidad. Ya sea por falta de gestión, de talento político o de falta de solidaridad ciudadana para renovar Ourense. Ahora, los programas alardean de la construcción de una ciudad deportiva como seña de identidad o más ayudas a los clubes de fútbol que mueven masas de votos.En las listas de los partidos, se leen nombres que reparten folletos con la firme convicción de participar en la política municipal sin leerse la Ley de Contratos, sin tener experiencia en la gestión de servicios, sin ojear la Ley de Bases del Régimen Local, ni tan siquiera conocen los términos para otorgar subvenciones. No están preparados.

¿Realmente creen que los problemas del deporte ourensano pueden ser una baza de seducción de los candidatos políticos? Una capital que mantiene abierta la herida de la ACB, que enterró a su CDO por falta de responsabilidad y una ciudad donde estos cuatro años su deporte ha vivido sentado y silenciado en cada pleno. Toca jugar y, también, juzgar.

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