crónica

La "raia fría" y deprimida

La carretera que conduce a Portugal desde el municipio de A Gudiña. Estrecha y sin señales pese a las múltiples curvas y pendientes.
photo_camera La carretera que conduce a Portugal desde el municipio de A Gudiña. Estrecha y sin señales pese a las múltiples curvas y pendientes.

La frontera entre el municipio luso de Vinhais, Riós, A Gudiña y A Mezquita es la que menos se beneficia de los fondos europeos para el desarrollo transfronterizo. En los últimos 34 años solo fue construida una carretera

De los más de 200 kilómetros de frontera entre Ourense y Portugal, el tramo que separa el municipio de Vinhais (Portugal) de Riós, A Gudiña y Mezquita, es el que tiene menos carreteras para cruzar de un lado a otro. La supresión de las aduanas siguiendo el acuerdo de Schengen   y los sucesivos programas comunitarios para el desarrollo transfronterizo facilitaron la apertura de viales. En la actualidad, los vecinos de Lobios, Cualedro, Monterrei, Oímbra y Verín disponen de hasta tres o cuatro carreteras para cruzar al país vecino. Mientras, en lo conocido al otro lado como "Terra Fría" el  principal vial transfronterizo continúa siendo el de Malzavos (A Mezquita), con aduana a mediados del siglo pasado y cuyo firme fue mejorado por la Diputación en las última década.  "Presentamos proyectos de forma conjunta para recabar fondos europeos, pero eran más bien iniciativas enfocadas al turismo, agricultura y medio ambiente", asegura el exregidor de Vinhais, Américo Pereira, puntualizando que en infraestructuras viarias "tenemos deficiencias". Es en este escenario en el que vecinos y políticos locales reclaman la apertura de una autovía, máxime cuando en un corto espacio de tiempo se abrirá una estación de AVE.

Los conductores, además del paso de Manzalvos, disponen de una carretera por Pentes, pero está intransitable. Solo la utilizan los residentes. El Concello de A Gudiña abrió recientemente otra carretera por la localidad de Barxa, que se caracteriza por su estrechez, pendientes y curvas. A lo largo del trazado, de más de 20 kilómetros, no se aprecia ni una sola señal viaria. En el inicio, a la salida de la autovía A-52, en Mesón de Erosa, ni tan siquiera fue colocado un cartel para informar a los conductores de que pueden dirigirse a Portugal, Barxa (A Gudiña) y O Seixo (Riós), carteles que sí aparecen pero ya prácticamente en la frontera. Por contra, sí se mantiene el cartel anunciador de las obras, un proyecto que requirió  55.000 euros, financiados a través de la Diputación. "Precisamos más carreteras porque la mayoría de la actividad económica está relacionada con la provincia de Ourense", aseguró el presidente de la Junta de Fegresía de Moimenta, Duarte Pires.

La abrupta orografía del terreno, surcando por múltiples y caudalosos arroyos, provoca largas distancias entre los pueblos lusos y ourensanos. Pero esto no es un impedimento en las relaciones de amistad y comercio. "Siempre hubo mucha relación con Ourense. De hecho en Moimenta tenemos un museo dedicado al contrabando", recordó Duarte Pires, puntualizando que a mediados del siglo pasado muchos jóvenes se ganaban la vida vendiendo mercancía en un lado y otro.  

Juan Alves circulaba este sábado en dirección a Pinheiro Novo, en Portugal. Insistía en que, además de carreteras, "esta zona precisa industrias. Si no hay trabajo, esto terminará  siendo un espacio abandonado", apunta.


Agricultura como antaño y paisajes de gran belleza


La "raia" entre Vinhais, A Gudiña, Riós y A Mezquita, por contra, ofrece grandes recursos naturales. Los vecinos de Pentes, O Tameirón o Manzalvos continúan trabajando el campo con técnicas de antaño, mientras las montañas ofrecen a la vista cascadas de agua, árboles centenarios y espacios como las minas de Barxa, a las que se accede por una pista de tierra. 

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