Opinión

La tan denostada X

La Iglesia acostumbra a ser un asunto recurrente en cada campaña electoral, a pesar de que la imagen de curas con pistola no las recuerdan ni los más viejos del lugar y el ataque frontal no garantiza el apoyo de los indecisos. La Iglesia, como afirmó el papa Francisco a preguntas de Jordi Évole el pasado domingo en 'Salvados', tiene manchas de las que avergonzarse, pero también habrá hecho alguna cosa bien para resistir más de 2.000 años pastoreando el rebaño. No reconocer los méritos invalida la crítica. 

Néstor Rego, candidato del BNG al Congreso por la provincia de A Coruña, adelantó ayer que su formación solicitará en la próxima legislatura la revisión de los acuerdos bilaterales del Estado con el Vaticano para que la Iglesia cumpla con sus obligaciones, "incluídas as tributarias". El propio papa se mostró en la referida entrevista a favor de que la institución apoquine como todo cristiano o ateo, aunque defendió las exenciones fiscales de la actividad social, como sucede con una ONG laica.  La decisión de marcar la X en la casilla de la Iglesia en la declaración la Renta es a veces tomada como un gesto reaccionario, pero la realidad te devuelve a Cáritas entregando alimentos y vestimenta a los desfavorecidos e incluso ayudando a pagar el alquiler o la factura de la luz. 

Pero hay más. Una inmigrante dominicana está trabajando en una carnicería de Ourense gracias a un curso de corte que consiguió a través de Cáritas. La tan denostada X también ha servido para formar a una desempleada, como debería hacerse en los cursos que gestionan patronal y sindicatos gracias a las suculentas partidas que destina el Estado y que no siempre tienen un destino apropiado. Pero en campaña se mira más a la paja que a la viga. 

Te puede interesar