Denominaciones

Lalama, el Godello heroico de las tierras de Trives

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photo_camera L.R.

Es un vino que ha evolucionado hacia la madurez sin perder su original frescura

Hay líneas que trazan fronteras difíciles de comprender. Eso sucede en la geografía política y también en la vitivinícola. Un buen ejemplo de ello es el valle del Bibei, en el término municipal de Manzaneda. Tiene más cerca O Bolo y Larouco, territorios adscritos a la DO Valdeorras, que los viñedos de la mayoría de la Ribeira Sacra a la que pertenece. 

Sin embargo existen otras afinidades, como es el caso de la viticultura de montaña, en bancales de difícil acceso, muy empinados, propios de la viticultura heroica que tanto se asocia a la Ribeira Sacra.

En ese contexto y territorio fronterizo nació la bodega Dominio de Bibei hace algo más de década y media. Asentada sobre un territorio aparentemente poco propicio para la viticultura, pero que ya habían explorado y explotado los romanos dos mil años atrás. Muchos de los bancales de ese valle angosto ya estaban ahí hace siglos, cuando esta joven bodega decidió recuperarlos.


La pobreza del suelo es casi franciscana. Pero también esa es una virtud que se conoce de la época medieval, cuando las tierras fértiles se destinaban al cultivo de la huerta y los cereales y a las viñas se las relegaba al suelo más menesteroso, descubriendo que de ese modo, su producción cuanto más escasa más concentraba las cualidades del suelo y de las cepas en sus limitados racimos


Con este contexto, de corta producción por hectárea y la dificultad que entrañan las labores en los bancales, Dominio de Bibei trabaja vinos con muy corta producción, que compensa con una larga crianza. De ellos, Lalama, Lacima y Lapola son tintos, singulares.

Pero hoy traemos aquí el blanco, un monovarietal de Godello, fermentado en barricas de roble en las que es criado son sus lías durante 12 meses y redondeado otros cuatro meses en huevos de hormigón, a lo que le siguen 18 meses más de reposo en botella en el silencio oscuro de su fresca bodega que mira al cañón del Bibei.

Es un vino que ha evolucionado hacia la madurez sin perder su original frescura. Untuoso, goloso, es un vino muy equilibrado con notas frutales que destacan la identidad de la variedad Godello. Una joya escasa de tan solo mil botellas.

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