En plena cuarentena, Disney+ desembarca en España con un catálogo de más de 500 películas, 300 series y 25 estrenos
La llegada de Disney+ a España en plena cuarentena pilla a los ciudadanos hambrientos de alternativas de ocio casero: el confinamiento para detener la expansión del coronavirus COVID-19 nos lleva a fijarnos con interés especial en todas esas novedades que nos llegan para entretenernos sin salir de casa... especialmente si son gratis.
El servicio de streaming de Disney aterriza esta semana para competir contra Netflix, HBO o Amazon Prime, y cuenta para ello con más de 500 películas, 300 series y 25 estrenos, que incluyen lo nuevo de Star Wars, Marvel o Pixar, además de los clásicos animados de la casa del ratón.
Revisando el catálogo de esta nueva plataforma, uno cae en la cuenta de que muchos personajes Disney ya vivieron su propia cuarentena antes que nosotros: el encierro forzoso es un ingrediente habitual en muchas historias de la compañía. Por eso, ¿podemos aprender algo de cómo vivieron su confinamiento Rapunzel, el genio de la lámpara o Ralph? En tiempos de coronavirus, repasamos ocho de estas historias:
No hay un genio tan genial
En “Aladdín”, el genial Robin Williams puso voz y gestos al Genio, una fuerza de la naturaleza azul y chispeante que se veía obligado a un forzoso aislamiento dentro de una lámpara mágica. Si este genio tan genial no perdía el ánimo en un recipiente metálico de pocos centímetros cúbicos, nosotros podremos resistir en nuestras casas.
Quasimodo y el encierro en Notre Dame
Notre Dame fue castigada en la vida real hace unos pocos meses, pero en el clásico de dibujos de Disney sigue tan impresionante como siempre. Eso sí, ni toda la belleza del mundo impide al jorobado Quasimodo anhelar el mundo más allá del reino la piedra y las gárgolas.
Rapunzel, la princesa que puso de moda el aislamiento
Encerrada en una torre por una bruja malvada, Rapunzel vive su confinamiento forzoso de la misma manera que muchos españoles hoy: mirando por la ventana, limpiando y peinando su larguísimo pelo mágico. Bueno, tal vez esto último no sea como muchos de nosotros, pero ver el buen humor con el que asume la protagonista de “Enredados” su aislamiento nos llena de energía.
Ralph, un confinamiento ‘videojueguil’
Confinado dentro de una vieja máquina recreativa -a pesar de que sea una con una increíble red de habitaciones interconectadas, incluso con bar propio-, Ralph pasa sus días rompiendo cosas. Una cuarentena videojueguil con la que arranca una película encantadora y llena de guiños al público ‘gamer’.
Elsa lo 'suelta' en su reino del hielo
El aislamiento contra el coronavirus se debe al deber cívico: nos quedamos en casa por el bien de nuestros vecinos. Parte de esto hay en la huida a la montaña de Elsa, la ya archiconocida protagonista de “Frozen”. En la película, la reina se marcha de su pueblo y se recluye voluntariamente en la montaña para proteger a sus vecinos, solo que en esta ocasión la amenaza son poderes mágicos de hielo, y no un virus invisible.
La Bestia y su mobiliario parlante
De confinamientos forzosos sabe mucho la Bestia, ese 50% peludo del celebérrimo musical de Disney. Una maldición dejó a este príncipe egoísta -y a toda su corte, ahora mobiliario parlanchín- obligado a #quedarseencasa hasta que no se cruzase en su camino el amor verdadero.
El aislamiento fomenta la creatividad: el caso de Síndrome
De los villanos también se puede aprender algo: es el caso de Síndrome, el ‘sidekick’ convertido en villano de “Los Increíbles”. Sin salir de su isla tropical -que no deja de ser su casa- este personaje diseña y lleva a cabo increíbles proyectos de realización personal. Sí, de acuerdo, son planes malignos que llevan a los héroes a la muerte... pero no se le puede negar al muchacho el empeño y la ilusión.
...y Thor, o cómo no llevar un aislamiento
Si hasta ahora veíamos buenos ejemplos frente al aislamiento, el comportamiento del dios del trueno en la última película de Los Vengadores es todo lo contrario: su reclusión tras la victoria de Thanos le lleva a dejarse y a pasar sus días jugando online y engullendo comida basura. Una alternativa poco sana que no conviene imitar en nuestro propio aislamiento.
