Opinión

Lo que cuenta es... la verdad

La pandemia del coronavirus ha resituado el periodismo y la información rigurosa en el sitio que le corresponde frente a los agoreros que anunciaron el fin de los medios tradicionales por el empuje de las redes sociales. El abrazo con el lector reconforta a un sector que en la última década vive un complejo escenario de transformación, aunque no deja de ser amargo que este redescubrimiento obedezca a una crisis sanitaria de una magnitud inopinada. Se trata de la noticia que nadie quisiera dar. Pero lo cierto es que hay que contarla, con profusión, veracidad y responsabilidad. La información es un arma imprescindible para alinear a la ciudadanía en la lucha contra la pandemia, para ayudar a los políticos que la gestionan, para mantener la vigilancia sobre ellos y dar cuenta de sus aciertos y errores, para entretener a los lectores en estos días de confinamiento…

El consumo de prensa se ha disparado en los quioscos. Son establecimientos de primera necesidad que también se han mantenido en pie frente al embate de las redes sociales y al cambio tecnológico. Ahora sirven a las administraciones para transmitir una información fiable a los ciudadanos. Estamos en un momento en el que la prensa es más necesaria que nunca para contrarrestar los bulos que se propagan por las redes sociales. El incendio que provocan las “fake news”, término importado del inglés para referirnos a las noticias falsas o mentiras, que circulan por la red y los canales de mensajería instantánea es sofocado a través de los medios tradicionales. El ciudadano se refugia en los periódicos, tanto en las ediciones en papel como en sus versiones digitales, para cotejar la información que circula de forma masiva y sin certificación de autenticidad. Se dijo que las compañías de seguros no cubren un accidente de coche en caso de que el desplazamiento no fuese por razones justificas; se viralizó el vídeo de un suicidio en Valencia supuestamente por la desesperación ante la pandemia y la cuarentena; se recomendó como verdad absoluta dejar los zapatos fuera de casa porque el virus sobrevive varios días en el asfalto, se aconsejó comer ajo para inmunizarse contra el COVID-19, e incluso se recomendó el consumo de cocaína... Y así, tantas otras Mentiras que no contribuyen sino a crear un estado de histeria, contrario a lo que ahora más que nunca se necesita: tranquilidad, responsabilidad y cooperación.

El ciudadano recurre a los periódicos y a medios de comunicación con años de servicio a la sociedad para corroborar si lo que le llega a su teléfono móvil, ordenador o tableta es cierto. Cuando saltó la noticia de que China ha desarrollado con éxito una vacuna y ha autorizado los ensayos clínicos con personas, en las redes sociales se pudieron ver mensajes de cautela a la espera de que lo confirmase un periódico solvente. Por fortuna, en una crisis sanitaria de estas características el ciudadano se esfuerza por discriminar la fuente fiable. Los medios de comunicación se emplean a fondo y dedican todos sus recursos para matener al lector bien informado. “Oye, que lo dice La Región”, se ha vuelto a escuchar. Es La Región y son otros medios cuyo anclaje en su sociedad les otorga un marchamo de veracidad, entre otra cosas porque siempre responden por lo publicado. En esto estamos, con energías, recursos y compromiso redoblados, y en eso seguimos 110 años después. Gracias por la confianza.

Te puede interesar