BALONCESTO

Con lo que hay, no llega

photo_camera Ndoye y Ahonen mirando hacia abajo y Víctor Moreno, con la mirada perdida.
PRAT
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No hay más cera que la que arde. El Rio Ourense Termal sumó su octava derrota de la temporada en un encuentro en el que no fue peor que su rival pero en el que pagó su falta de experiencia y sufrió el lastre de la clasificación en una prórroga en la que no supo gestionar sus emociones.

Derrota ante un Força Lleida que se llevó un triunfo agónico ante un COB al que poco más se le puede pedir porque sencillamente no le llega con lo que tiene actualmente, más todavía si uno de los pilares, Rokas Uzas, está lesionado y varios de los jugadores no rinden al nivel que se necesita para ganar.

En la cancha, el COB estuvo frío de inicio, como la noche en el Pazo. En la peor entrada de largo de la temporada, los ourensanos comenzaron mandando en el marcador pero pronto se vieron por detrás, gracias en buena medida a sus errores en la parcela defensiva, en la que solamente Maura rendía a buen nivel.

La entrada de Trist en los compases finales del primer acto transformó a los ourensanos y de las manos del australiano salieron los mejores minutos del equipo que comenzó a morder desde atrás. Un sonrojante parcial de 22-2 hasta el final del periodo, desesperó al técnico Borja Comenge y dio alas a los locales, que arropados por los semicongelados aficionados terminaron marchándose al descanso con una renta de 12 puntos (41-29).

Y como si de un combate de boxeo se tratase, tras dos nuevos envites de los ourensanos tras el paso por los vestuarios (46-32 tras una canasta de Johnson), reacción ilerdense, 0-8 de parcial y cambio de dinámica completa.

En esos momentos de intercambio de golpes entre el final del tercer periodo (56-49) y el inicio del último al COB le faltó la calma que dan las victorias. No supo dormir el partido y permitió que el Lleida creyese en la remontada, que culminó a falta de cuatro minutos para la conclusión con un triple de Sutina (62-62).

Llegados a los compases finales, con malas defensas y con respuesta automática a cada canasta, de nuevo tuvo el Rio Ourense Termal la victoria en la mano. Con 69-69, Roope Ahonen tuvo el balón para ganar pero su tiro desde cuatro metros se estrelló en el aro, otra vez cruz.

En la prórroga, solo un color, el naranja de la equipación del Lleida, que dominó de forma coral. Sin aire, sin fuerza y con un lastre de muchos kilos a la espalda, el conjunto ourensano terminó cediendo una vez más, la octava del curso.

Una derrota que le deja colista, a dos victorias ya del penúltimo lugar y con muchas, muchas dudas. Toca mover ficha, el tiempo apremia, la LEB Oro no espera.

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