SALUD

La magia de revivir un corazón

Lleno total para participar en un taller instalado por médicos de la UCI en el vestíbulo del hospital. La actividad ofrecía a todo el mundo la oportunidad de aprender las técnicas básicas de resucitación  cardiopulmonar.

El vestíbulo del Edificio Cristal se convirtió ayer en un improvisado taller -lleno hasta la bandera- donde se daba a conocer la técnica de resucitación cardiopulmonar, una práctica que puede salvar "más de una vida", según certificaba Jesús Priego, médico de la Unidad de Cuidados Intensivos de Ourense y que ayer dedicó buena parte de su jornada a dirigir esta iniciativa.

En su entorno varios compañeros colaboraban con él, explicando a grupos de estudiantes de Enfermería y también vecinos de la provincia que transitaban por la zona, las técnicas básicas para conseguir reanimar a una persona que sufra una parada cardiorespiratoria, hasta que lleguen los servicios sanitarios.

"Hay mucha prevención por parte de la gente porque existe el miedo a romperle a la persona una costilla si le haces presión sobre el lugar equivocado", apunta uno de los "alumnos" de esta improvisada escuela de salud práctica, Jorge Guedella. Añade, sin embargo, que "si esa persona está en parada respiratoria, caído en el suelo, lo más importante para él no será que se le rompa una costilla o dos, sino perder la vida; creo yo".

Jesús Priego apunta que uno de los objetivos prioritarios de esta jornada -organizada por el Servizo de Medicina Intensiva- es "concienciar a la sociedad y al personal no sanitario que podemos salvar vidas con nuestras propias manos".

Es la séptima edición de una iniciativa cuyo lema -el de la Semana Europea de la Concienciación sobre la Parada Cardíaca- es "reinicia un corazón", que es la esencia de la práctica que los facultativos enseñaron ayer a todo aquel que quisiera dedicar unos minutos a aprender tres simples pasos. "El primero es confirmar que la persona no respira, levantando la barbilla y acercando el oído a la boca; segundo, llamar al 112, y el tercero, aplicar la compresión con las dos manos sobre la zona del externón, a un ritmo de 100 veces por minuto hasta la llegada de los servicios sanitarios", explica Priego.

El médico muestra sus satisfacción porque "cada vez son más los que se animan a aprender esta técnica tan importante para salvar vidas". Y preguntado por cuál es el perfil de los que más se animan a aprender, aunque señala que "de todas las edades", matiza que "tenemos un rango medio de edad de entre los 35 y los 45 años que están más concienciados con el tema y nos preguntan mucho".

El siguiente grupo aguarda, una pareja mayor y una chica joven. Y es que el trasiego en el taller fue continuo durante la jornada de ayer. Varias decenas de nuevos "expertos" ya están listos para actuar en caso de necesidad".

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