Blog | Usos y costumbres del verano

El maletero

Supongo que data del siglo XX, como casi todo lo malo, y es uno de los principales atrasos de la humanidad, después de la introducción del coche motorizado en sustitución del coche de caballos. El coche motorizado es un invento del Ministerio de Interior para poder crujirte a multas de velocidad. Antes no podían multarte por conducir borracho, porque los caballos no suelen pegarle al whisky.

Antes de que se inventara el maletero, el automóvil era un medio de transporte maravilloso. No era posible guardar nada porque en el lugar donde hoy viajan todos esos trastos inservibles iba el motor, parte esencial del coche, toda vez que han sido eliminados los caballos. En el viaje de inicio de vacaciones, entre llevar motor o llevar una maleta llena de zapatos, las familias solían optar por llevar motor.

Con la llegada del maletero, el coche se convirtió en algo muy poco funcional y en una fuente inagotable de quebraderos de cabeza. Muy especialmente en el periodo estival y en mudanzas. Antes de que estos idiotas diseñaran el primer automóvil con maletero a ningún descerebrado se le había ocurrido hacer la mudanza en su propio coche.



LLENAR UN MALETERO

A priori, llenar de cosas un maletero es sencillo. Es suficiente con abrirlo y comenzar a tirar dentro todo aquello que creas que realmente no te hará ninguna falta en estas vacaciones. El problema es que según el fabricante, posteriormente, debes cerrarlo, y este es el asunto que lo complica todo. Ese empeño irracional y sinsentido en cerrar el maletero es lo que convierte este accesorio e un verdadero incordio.

Las normas de seguridad aconsejan viajar sólo con lo esencial para no sobrecargar el auto, pero la realidad es que nadie se va de vacaciones con un solo juego de calcetines y un libro de bolsillo. Por supuesto, ni se te ocurra poner cosas en los asientos o en la bandeja del coche. Por extraño que te parezca, la bandeja del coche es la única bandeja del mundo sobre la que no se puede transportar nada. Cosas de los fabricantes de automóviles, que se lucieron también el día que inventaron caballos que no se pueden montar y lunas que no iluminan.

En definitiva, tendrás que distribuir el equipaje cuidadosamente procurando que lo más pesado vaya debajo y lo más ligero encima, aprovechando al máximo los espacios libres. Cuando hayas terminado de llenarlo verás que hay más maletas fuera que dentro del coche. Para solucionarlo. Yo recomiendo dos estrategias.

La primera es montarse en el coche, poner marcha atrás y pasar por encima de las maletas. Si lo haces tres o cuatro veces, éstas quedarán comprimidas y podrás meterlas en

cualquier sitio. Lo he probado este verano y funciona, pero todavía no he logrado bajarme ninguna aplicación para descomprimirlas; lo que me está obligando a pasarme todo el verano con los mismos calzoncillos. No obstante, los rocío cada mañana con desodorante Williams.

Si lo de aplastar el equipaje no te convence, saca todo del maletero. Mide las dimensiones del mismo y de cada una de las maletas y anótalo todo en un cuaderno. Calcula los cuadrados del perímetro de cada uno de los trapecios que forman el maletoide rombosférico y divídelos por la raíz cuadrada de la circunferencia de las ruedas del coche, multiplicando la cifra resultante para cada bulto que forme un plano perpendicular al suelo de su proyección, y eleva todo al cuadrado, al cubo, a la pala, al rastrillo, y a la toalla.

Ahora lanza todo dentro del maletero. Cuando esté completo, llena los asientos. Y cuando no haya sitio ahí tampoco, pon todo lo que quepa sobre la bandeja del coche: ¿para qué quieres retrovisor si vas a conducir hacia delante? Si aún así necesitas meter más cosas, sigue llenando el maletero, y finalmente átalo pasando varias cuerdas elásticas por debajo del coche. En los pueblos los fontaneros manejan esta técnica con maestría de artesanos, y nunca les ha dado problemas.

Cuando tengas el coche completamente lleno, atado y bien atado, déjalo en el garaje, y coge el primer vuelo hacia tu destino.



VACIAR UN MALETERO

Es increíblemente más fácil que llenarlo. Cuando llegamos a nuestro destino, solemos estar cansados del viaje y deseando empezar de verdad las vacaciones. Selecciona el lugar exacto en el que deseas depositar el contenido del maletero y déjalo abierto. Ahora enciende el coche, da marcha atrás pisando a fondo el acelerador y frena unos metros antes de llegar al lugar. De esta forma, si calculas bien, lograrás vaciar el coche de una sola vez. Es importante que frenes a tiempo si no quieres entrar con el coche en casa. No está bien empezar las vacaciones rompiendo la casa y el coche a la vez.



MALETERO ATASCADO

En los coches más modernos, los fabricantes han logrado que el maletero se atasque solo. Ocurre lo mismo con la guantera, que es una puerta que si no se atasca es que no funciona. Es un gran avance, ya que te impide tener que introducir algún pequeño objeto obstructor en el cierre del mismo. Ahora el maletero se bloquea cuando pulsas mal el mando a distancia y eso es algo que tu haces a menudo.

Para desatascarlo, si el coche es moderno, deberás llamar al fabricante, que enviará un especialista en sistemas inteligentes –como el que gestiona la apertura de tu maletero-, trabajará durante horas, y finalmente terminará llamando a un soldador, que es lo que tu habrías hecho si el fabricante no te lo hubiera desaconsejado.

Si el coche es antiguo, aún atascado, trata de cerrarlo del todo, y échate a la autopista con más tráfico. En la curva más peligrosa se abrirá por arte de magia, provocando un bello accidente en cadena y kilométricas retenciones. Sí, pero lo has conseguido abrir.



CUANDO NO CIERRA

En viajes de verano, los maleteros nunca cierran y siempre es por muy poco. Intenta sentarte encima de él y hacer fuerza. Si eso no funciona, revisa si hay alguna maleta impidiendo el cierre. Si aún así no cierra, prueba con la técnica del rebote: dale con todas tus fuerzas y según rebota, aprovecha la fuerza para golpear de nuevo más fuerte hacia abajo. Si tampoco cierra, revisa las manos de tu acompañante, asegúrate de que aún tiene dos, y sal corriendo al hospital. Tal vez aún puedan reconstruirle algún hueso.

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