UVIGO

Manuel Reigosa: "Trabajamos con tres escenarios para la docencia del próximo curso”

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La Uvigo plantea una situación de “normalidad adaptada”, de docencia mixta (presencial y remota) o de encierro en función de la pandemia y pide ayuda a la Xunta "para que no le pille el toro"

La Universidad de Vigo adaptó su actividad al confinamiento general de la población en un tiempo récord y ahora vive un intenso debate para organizar las clases del próximo curso, con distintos escenarios previstos en función de como evolucione la pandemia.

¿Qué fue lo más difícil durante estos meses de pandemia?

Lo más difícil fue cambiar de forma abrupta la situación de presencialidad a todos los niveles. Llevamos toda la vida impartiendo docencia de una forma, explicando y evaluando de forma presencial, y esto nos llevó a tener unas necesidades tecnológicas que nos permitiesen que el alumnado recibiese los conocimientos y las clases de forma remota. Algunos alumnos no tenían en casa la posibilidad de usar esos recursos y hubo que buscar soluciones para eso también.

¿Cómo respondió la comunidad universitaria?

Estamos satisfechos con el esfuerzo que hizo todo el mundo. El trabajo administrativo se tuvo que organizar desde casa sin tener regulado con antelación el teletrabajo, salvo un par de puestos adaptados por distintas razones, y se pudieron seguir todos los procedimientos incluso fuera de horario. Los profesores dieron un ejemplo de cómo adaptarse de forma rápida, y estoy muy orgulloso de los alumnos porque en ningún momento propusieron ni acabar el curso ni aprobado general, ellos se están esforzando mucho desde casa en una situación que genera estrés. La investigación sufrió un poco, aunque permitimos la entrada en los laboratorios en casos imprescindibles y justificados y muchos redoblaron esfuerzos para escribir publicaciones. No perdimos el tiempo en absoluto.

¿La Universidad de Vigo partía con ventaja en herramientas de teledocencia?

En realidad no. Tenemos una plataforma para la docencia asíncrona, homologable al resto de universidades españolas, en la que el docente intercambia materiales con los estudiantes y tiene muchas funcionalidades. Con la pandemia fuimos muy rápidos desarrollando una herramienta propia en código abierto que yo llamo el gemelo digital porque es una copia de toda la estructura de la institución. En este momento tenemos una copia virtual de todas las aulas para dar clase y de todos los despachos con lo que también puedo hacer las tutorías. Es algo muy específico de la Universidade de Vigo.

¿Quién hizo el campus remoto?

Se la pedimos a los servicios internos de la universidad y también participó alguna empres externa. La fuimos ampliando y lo seguimos haciendo. Por ejemplo habilitamos sistemas para colgar los exámenes "online", los profesores pueden grabar las clases, cada vez hay más herramientas.

¿Por qué no les gustó la propuesta que lanzó la Xunta para la docencia del próximo curso?

Dentro de esa propuesta había dos herramientas que se ponían a disposición de las universidades que me parecen interesantes: una para  que los centros sean saludables cuando vuelvan los alumnos y una línea de ayudas para tener más opciones que nos permitan organizar mejor el curso. Aparte de eso, hubo cosas que no gustaron a la comunidad universitaria y los equipos rectorales hicieron contrapropuestas. Algunos podían ver una intromisión en la autonomía universitaria, yo pienso que no pero estas cosas hay que negociarlas y tienen que ser ideas de la propia universidad. También había inquietud entre el profesorado de que se utilizase la situación de la pandemia para cambiar de forma no adecuada las universidades públicas presenciales que tienen unas fortalezas muy importantes, independientemente de que alguna de esas herramientas puedan servir para que alguna titulación concreta pueda tener en el futuro, además de actividad presencial, captación de alumnos de otras latitudes que puedan asistir de forma remota a las clases. Algunas personas pensaban que ese documento establecía ese cambio como algo obligatorio, pero yo creo que fue un malentendido y que la intención era buena.

¿Cómo será la docencia del curso que viene?

Trabajamos en tres escenarios para septiembre. La primera la llamamos de normalidad adaptada, en la que se permitiría alumnos y profesores vayan a clase con mascarillas, distancia de seguridad y aforo determinado. La segunda,  que creo que será la que veremos,  sería la docencia mixta. En un aula que tiene capacidad para 100 alumnos cabrán 25 o 30 para cumplir la distancia de seguridad y el resto tendrán que seguir las clases en directo en casa basándonos en el gemelo digital. Esto requiere preparar las aulas y para eso necesitamos ayuda de la consellería. Los alumnos rotarían para ir a clase presencial y desde casa. Hay cursos, por ejemplo en 4º, que no necesitan esto. El tercer escenario es que haya confinamiento. Tenemos que estar preparados para los tres casos y que nadie quede atrás. No queremos que nos pille el toro.

¿Hace falta una crisis para que haya un debate tan intenso en la Universidad?

A mí me gusta que haya debate porque se traduce en mejoras. Hay que remontarse a la aprobación de la LOU para recordar algo así, porque había mucho que rechazar en la primera ley que se planteó.

¿Cómo están saliendo los primeros exámenes de los alumnos?

Estoy muy esperanzado. Están trabajando mucho y los exámenes están saliendo razonablemente bien por las calificaciones que van llegando.

¿Tuvo muchas reuniones con los colectivos estudiantiles?

Cualquier grupo de alumnos que pidió una reunión la tuvo y como soy muy hablador lo mínimo fueron dos horas y las más fuertes  de cinco. Fueron 16 reuniones. Debatimos mucho. Estoy orgulloso de la postura de los representantes estudiantiles porque hicieron suya desde el principio la idea de que su titulación no tenía que ser devaluada, ellos tenían que adquirir todos los conocimientos y competencias previstas. Aceptaron una situación dura, porque la gente en casa no siempre tiene las mejores condiciones y fueron comprensivos porque saben que nos esforzamos por dotarles de equipamientos. Fue un acierto enviar conexiones a internet a los que no lo tenían o no les iba bien. Los alumnos entendieron que es una situación que nadie buscó y para la que nadie está totalmente preparado. Llegamos a acuerdos con ellos y también nos hicieron ver cosas a las que respondimos.

¿Cómo se implicaron los investigadores con la crisis?

Es otro motivo de orgullo para la Universidad de Vigo. Inicialmente hubo una propuesta de al CRUE que nos decía que el Ministerio pedía ayuda. Todos los investigadores que tenían en su laboratorio guantes, epis, hidrogeles, equipos  o alcohol lo pusieron a disposición de las autoridades sanitarias. Desde los tres campus llegaron cajas de materiales que pusimos a disposición de los hospitales. También se ofrecieron equipos de pcr y hubo muchas iniciativas: el escudo Covid de la mano de las empresas y en especial de Asime, y actividades de matemáticos para predecir la evolución de la pandemia a largo plazo, de físicos de Ourense publicando previsiones a corto plazo, una propuesta para el agrupamiento de las PCR, y otros proyectos en el ámbito de las telecomunicaciones y sanitario. Ahora estamos creando una unidad multidisciplinar sobre Covid con tecnólogos y científicos para hacer propuestas más completas.n

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