El coronel Manuel Sánchez Corbí (Valladolid, 1963) nunca salió del cuartel. Se crió en uno en los años duros de ETA en el País Vasco y cuando creció tuvo claro que su destino sería la lucha antiterrotista. Tuvo un papel protagonista en la liberación de Ortega Lara y el terrorismo ocupó 30 años de su profesión. En 2013 accedió a la Unidad Central Operativa (UCO) y puso cara a investigaciones tan mediáticas como la de Diana Quer o el niño Gabriel Cruz. El ministro Grande-Marlaska lo destituyó en 2018 y ahora tiene un puesto "administrativo".
Llega al Foro La Región hoy a las 20,15 horas en el Marcos Valcárcel, pero en calidad de escritor y como miembro de la Asociación profesional Pro Guardia Civil. Suyos son los libros "Sangre, sudor y paz: La Guardia Civil contra ETA" e "Historia de un desafío: Cinco décadas de lucha sin cuartel de la Guardia Civil contra ETA". Juan Salgado, ex guardia civil y víctima de ETA, presenta al ponente.
Hijo y nieto de guardia civil. ¿Estaba escrito?
Más que escrito, cuando te crían dentro de un cuartel en el País Vasco en los ochenta, que era vivir casi en un gueto... Eran años muy duros. La influencia es tan grande que tienes un plus para elegir lo que quieres ser de mayor.
¿Está olvidada la memoria de lo que fue la Guardia Civil en la lucha contra ETA?
Tenemos poca memoria y lo malo tendemos a borrarlo. Los guardia civiles lo hemos contado muy poco. Soy de los pocos que lo cuenta. Vivíamos abandonados, no contábamos para nadie. Es una historia prácticamente silenciada.
¿Qué le cuesta más verbalizar?
Lo mal que lo pasamos. No solo te podían matar a ti, lo que no asumimos es que te pueden matar a tu mujer y a tus hijos. Y eso ocurrió mucho. En la historia de ETA con la Guardia Civil ha habido 200 compañeros muertos y 20 familiares directos asesinados.
Cuando lo revive, ¿qué es lo que más recuerda?
La parte mala la vas olvidando. Recuerdas cuando has salvado vidas con nombre y apellidos: si no descubrimos dónde está Ortega Lara, hoy estaría muerto.
Le quieren quitar condecoraciones a guardia civiles, a usted también. ¿Cómo sienta?
Es absolutamente injusto. Una condecoración es algo que te has ganado y en lo que ha trabajado mucha gente. La revisión selectiva del pasado es injusta. Si empezamos a revisar la historia, no sé si alguien de este país se salvaría de algo. Es como cuando un político, miente.
¿Ha sido difícil mantener la independencia?
Nunca. Es muy fácil cuando trabajas en equipo evitar que alguien se salga del camino. En la Unidad Central Operativa (UCO) las investigaciones pasan por muchas manos, es difícil poner a muchos de acuerdo para hacer trampas. Y como todo el mundo nos conoce, la gente sabe que no nos atenemos a ningún chanchullo.
Resolvieron el caso de Diana Quer. ¿Cómo lo recuerda?
Ha sido el más mediático en la historia reciente de las investigaciones policiales. Los quebraderos de cabeza no eran por la investigación en sí, que seguía su curso. Lo que era una presión tremenda eran los medios. Lo hicimos bien y para nosotros lo más importante fue devolver el cuerpo a los familiares. Ese caso resuelto con Abuín en la cárcel y el cuerpo sin aparecer hubiera sido un fracaso tremendo.
¿Cómo supieron que era él?
Había muchas claves que sumaron. Vimos que andaba por allí esa noche, comprobamos que su excusa era mentira... Fue largo porque El Chicle era un profesional de la delincuencia, no era un pardillo. Era listo y sabía cómo esquivar, por eso costó tanto.
¿Sigue pensando en su destitución de la UCO?
No. Tengo claro que los motivos no son profesionales, a partir de ahí… Lo tengo claro yo y mucha gente.
¿En qué trabaja ahora?
Tengo un trabajo administrativo pero en la Guardia Civil todos los trabajos son improtantes.
¿Le apasiona como el primer día o se pierde la magia?
No exactamente igual que al principio. En España tuvimos un reto muy importante que fue ETA. Es muy fácil motivarse así. Pero soy feliz con lo que hago.
Dónde: Marcos Valcárcel
Cuándo: Hoy, 20,15 horas
