Escritora

María Dolores Seijas: ‘El maestro de Zaín fue un pionero’

Un homenaje. Así define María Dolores Seijas su primera novela ‘El maestro de Zaín’, centrada en su abuelo, Luis Soto Menor, maestro ourensano afincado en Lugo.
El 31 de agosto de 1936 Luis Soto Menor fue destituido de su cargo como inspector jefe de primera enseñanza en Lugo, ciudad donde ejercía tras pasar por su Ourense natal (era oriundo de Zaín) y por Carballiño. Siempre fiel a sus ideales, lo más duro para este hombre que vivió por y para la enseñanza fue precisamente ser apartado de ella. Su nieta, María Dolores Seijas Soto, ha publicado su primera novela, ‘El maestro de Zaín’, en homenaje a su abuelo.

¿Cuál es el objetivo de este libro?


Revivir la figura de Luis Soto Menor y la tristeza que vivió. Murió cuando yo tenía 16 años, y siempre lo recuerdo como un gran intelectual de la izquierda. Su mujer, mi abuela Dolores, fue una persona fundamental en su vida, que quiso educar a sus nueve hijos lejos del odio y buscando siempre la tranquilidad. Pasados los años creo que la sociedad merece que se conozca su historia.

¿Quién fue Luis Soto Menor?


Fue un inspector de primera enseñanza. Comenzó su vida profesional en Carballiño, donde creó una asociación de maestros que todavía es recordada por algunos, ya que he recibido llamadas al respecto. Después de asentó en Lugo, donde creó las primeras colonias de niños del rural para llevarlos a conocer el mar, así como una importante red de escuelas. Su gran pasión fue la cultura y que ésta no fuese ajena a las clases más desfavorecidas. Con la llegada del franquismo, todo aquello se truncó.

¿Fue apartado de por vida de su profesión?


En efecto. Casi todos los maestros con los que se relacionaba fueron fusilados. Él evitó la muerte gracias a los Maristas y a las Josefinas, pues durante su etapa de inspector les permitió mantener los crucifijos en las clases, ya que siempre abogó por el respeto a las creencias e ideales. A veces pienso que él hubiese preferido ser fusilado, porque su vida era la enseñanza. Se vio con nueve hijos pequeños, sin empleo y sin sueldo. Trató de montar una academia, pero no conseguía alumnos porque estaba mal visto recibir cla ses de un ‘rojo’. Así que terminó siendo representante de venta de pimentón. Se habla siempre de los que han sido fusilados, pero muy pocas veces de aquellos a los que les arrebataron su vida y su modo de ganársela.

¿Recordaba su tierra natal, Ourense?


Mucho. Su gran deseo hubiera sido regresar a su tierra, siempre lo decía. Sin embargo, las penurias por las que tuvo que atravesar le obligaron a malvender la casa de veraneo que poseía en San Cibrao das Viñas. De hecho, estoy planteándome presentar también el libro en Ourense, Carballiño o San Cibrao.

¿Cómo fue su trabajo de documentación?


Estuve tres años investigando en la biblioteca. Él fue corresponsal en los diarios de la época y sus artículos, aún hoy, estarían en plena vigencia. Durante ese tiempo descubrí que el ‘maestro de Zaín’ era él y sus muchos logros en pro de la educación para los más desfavorecidos. Fue pionero en sus métodos pedagógicos y en el modo de conseguir dinero para crear escuelas.

Si su abuelo viviera, ¿qué cree que pensaría de su primera novela?


Lloraría de emoción y me da pena que no lo pueda ver. Para mí es importantísimo descubrir cuanta gente de Lugo todavía lo recuerda como una persona tremendamente humana y cálida, amante sobre todo de la libertad. Fue gran amigo de Basilio Álvarez y Juan Comas y participó en la redacción del primer Estatuto de Galicia. Una persona así merece ser recordada y que las nuevas generaciones lo sepan para que no vuelvan a suceder jamás aquellas cosas.


La escritora presentó su obra en la Galería Sargadelos de Lugo

María Dolores Seijas presentó su libro, que es su primera novela, en la Galería Sargadelos de Lugo, en un acto al que acudieron intelectuales, familiares y amigos. El libro, destacó, es un homenaje a al maestro de Zaín, su abuelo, víctima del franquismo y persona muy querida.

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