Marino por aroma y sabor y también por el tacto

Marta y Martín Códax acaban de ganar el premio Best in show, el máximo galardón, en los FINAT Label Awards

Treinta y cinco años hace ya que Martín Códax sacó su primera vino al mercado. Entonces eran botellas tipo Rhin, las que se llevaban en los vinos blancos siguiendo los cánones de los vinos jóvenes, con un vidrio verde claro que dejaba entrever no el color del vino, pero sí su transparencia, una de las cualidades que más se buscaba en el aspecto físico y visual y que daba una primera imagen de un vino bien hecho, lejos de esos turbios vinos blancos que se atribuían fálsamente un origen gallego, casi siempre del Ribeiro.

En estos treinta y cinco años las cosas han cambiado mucho. Los vinos ya no necesitan demostrar en el lineal de los supermercados su transparencia y la calidad está más que demostrada. Pero, además, hemos podido descubrir que incluso en vinos monovarietales, como sucede con el Albariño, existe una gran diversidad, que va a depender de factores tan variados como las características del suelo, orientación y localización del viñedo, su altitud, o los distintos tipos de vinificación. En ambos terrenos, Martín Códax ha dado a lo largo de estas tres décadas y media toda una lección magistral de pluralidad trabajando exclusivamente con una única variedad.

Navegando Al Alba es un buen ejemplo de ello. Un vino en el que destaca la frescura, su potencia aromática y frutal, su graciosa acidez en el que si se afina bien el sentido del gusto se puede sentir ese toque salino del Atlántico tan cercano a los viñedos en los que se cultiva su uva. Un vino fácil de beber, que viene acompañado de una presentación de un gran atractivo visual, fruto del trabajo del estudio de diseño de Marta Lojo, de Cambados, una de las firmas que más éxitos ha logrado a la hora de lanzar la imagen de vinos gallegos de prácticamente todas las denominaciones de origen.

Marta y Martín Códax acaban de ganar el premio Best in show, el máximo galardón, en los FINAT Label Awards, en una competición en la que participaron 264 proyectos de 23 países.

La transparencia de aquellos orígenes ha dado paso a una botella que lleva al consumidor a imaginar, a fabular el mundo marino en el que es elaborado este vino. Sensaciones transmitidas, no solo a través de su imagen visual, sino también al tacto, pues la red que envuelve los peces que se ven en su imagen es volugráfica, lo que significa que se percibe su presencia al tener la botella entre los dedos. Sin duda, un desarrollo de imagen y diseño atrevidos que reflejan la personalidad del vino que encierra la botella en su interior: Aroma, sabor, tacto e imaginación.


BODEGUERO


Juan Vázquez (Martín Códax)

Hace ya veintisiete años que está al frente de Martín Códax. Y en ese tránsito no solo ha visto y ha contribuido decididamente a hacer crecer el volumen de negocio y producción de la bodega que ahora supera los cinco millones de botellas de vino que se venden en más de cincuenta países, también ha extendido el ámbito de actuación a otras denominaciones: Monterrei, Bierzo... y está al frente de uno de los equipos más dinámicos a la hora de presentar vinos siempre innovadores como este Navegando Al Alba.

Te puede interesar