Opinión

Mayoría social o electoral

Miles de gallegos protestaron el domingo en Compostela contra la Leide Saúde Pública de Galicia que hoy comienza su tramitación parlamentaria. Denuncian que el texto impulsará la "privatización" y empeorará la atención sanitaria pero, a pesar de la multitudinaria movilización, no piensen que el Gobierno de Feijóo vaya a cambiar muchas comas en un texto que cuestionan los que nos curan. Ya ha salido Pedro Puy, portavoz parlamentario del PPdeG, a avisar de que su partido ha tomado nota de unas reivindicaciones que "la realidad se encargará de desmentir" porque está cimentadas en "prejuicios". Para Luís Villares, portavoz de En Marea, la convocatoria ha demostrado que "a maioría social xa non está con Feijóo"; el socialista Xoaquín Fernández Leiceaga se agarra al "éxito" de la protesta para reforzar el sistema público en vez de cargárselo y la nacionalista Ana Pontón exige que"escoite á cidadanía".

Pero el presidente Feijóo pasa de la amenaza de la mayoría social mientras cuente con mayoría electoral. Las manifestaciones en contra de sus decisiones políticas las toma como parte de la rutina, un engorro inevitable que hay que pasar como un resfriado para continuar sentado en el despacho principal de San Caetano a la espera de que salga un destino mejor. Tiene aguante y callo. Dentro de un mes se cumplirán 9 años desde que se impuso por mayoría absoluta en unas elecciones en las que el socialista Pérez Touriño y el nacionalista Anxo Quintana nunca pensaron perder hasta que se produjo el recuento de votos. Cuando Núñez Feijóo llegó a la Xunta fue saludado por media docena de multitudinarias manifestaciones consecutivas por cargarse la paz lingüística instaurada en la etapa de Manuel Fraga sin que se lo pidiese nadie más que Gloria Lago, la ideóloga de Galicia Bilingüe, una asociación cuyos seguidores no llenarían un autobús para montar una manifestación en Santiago si no se los llega a prestar un PP en campaña. Quizá se trate de la única movilización a la que ha obedecido Feijóo, porque siguió adelante en contra de la comunidad educativa y de una buena parte de Galicia con el decreto del pluringüismo hasta que el tiempo silenció la queja. La Lei de Saúde sólo se podrá corregir en las próximas elecciones, si quieren los gallegos. 

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