Un menú variado, saludable y muy casero

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El Restaurante Bruma 2 cuenta con un amplio comedor, siete primeros y ocho segundos

Es la segunda vez que paro en este restaurante. La vez anterior, con las obras del AVE en plena efervescencia, estaba más concurrido. Las obras y el camino mozárabe le han dado nueva vida a esta villa que tradicionalmente fue parada en los viajes fuera de Galicia.

Amplio comedor, bien iluminado, sobrio, cómodo y un menú del día muy variado: siete primeros y ocho segundos, entre los que pueden elegir comida sin problemas, vegetarianos, amantes de la carne y del pescado. Adicionalmente, por un suplemento, se puede elegir de segundo un churrasco o una chuleta de ternera o un plato de bacalao. Entre los pescados del menú había lubina a la espalda y dorada al horno. 

De primero, tomé la empanada de carne. Tenía un sabor muy rico y estaba hecha con un carácter muy casero y masa más gruesa, siguiendo el estilo de la montaña. De segundo, el secreto de cerdo, con unas patatas fritas y un pimiento morrón. Una comida nada complicada, como se puede ver, pero a veces es en esos platos simples donde se advierten los detalles. Por ejemplo, que las patatas no sean de freidora, sino de sartén. Además de darle un aire más casero a la comida, resultan más saludables (Sí. ya sé. Las patatas fritas no son nada saludables. Pero de vez en cuando no hacen daño).

El servicio es rápido y amable y la comida correcta. Agradecería, de manera adicional, que hubiese cerveza gallega, gaseosa gallega, porque al fin y al cabo, A Gudiña es Galicia. Ya sé. A veces las marcas de vinos, gaseosas, aguas y cervezas dependen de las ofertas. Pero hay que pensar que la oferta es todo lo contrario: ofrecer al cliente, no limitar sus opciones para ganar más dinero.

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