Opinión

'Mitro' Glicerina

Nemanja Mitrovic nació en Toronto, sí, pero, rescatando antiguas divisiones del Viejo Continente, un yugoslavo es un yugoslavo y dejémonos de historias. La cantera balcánica es un placer de mecánica de tiro, una suerte de movimientos perfectos para el lanzamiento que se imparte con maestría. Me enamoré de ella viendo aquel grupo liderado por Kicanovic, los bigotes de Dalipagic o las genialidades de Delibasic, que hacían ballet sobre los parquets europeos.

Mitrovic, bosnio-canadiense, venía de un partido flojo contra el Barça B en el que solo había aparecido allá por el tercer cuarto. Y eso es raro para un tirador, muy raro. Así que anoche la magia fue suya en un choque tan cómodo como desigual. Este COB es más COB de lo que la clasificación marca al igual que esta afición es más apasionada que lo que se vio esta vez.

Tal vez Mitrovic no tenga mote deportivo, al menos que sea  público, pero su armado de brazo para buscar un lanzamiento de triple bien lo merece. Porque es pura "Mitro"glicerina, y perdonen el palabro que la RAE aún no admite. Al tiempo. 

El COB camina hacia los play-offs con la única duda del puesto final, que en los seis encuentros por jugarse aún permiten soñar con un mejor cruce. Lástima que desde inicio de año su consistencia en O Pazo haya sido tan baja (dos triunfos, cuatro derrotas) como alta su capacidad a domicilio (cuatro victorias, una derrota). En la primera campaña en la que nos robaron el sueño de la ACB, bueno es recuperar ilusiones.
Por eso, resulta irónico que el choque concluyese con la música de Álvaro Soler ("Sofía"). El "ya no te quiero, no te deseo..." choca con la realidad de las bufandas cobistas: no es que lo quieran, no. Lo adoran.

Postdata. La cifra de cheerleaders ha menguado notablemente. La mascota y el speaker las refuerzan. Polivalencia...

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