EMPLEO - OURENSE

La movida nocturna languidece y pierde 300 empleados desde el 2011

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photo_camera La calle Lepanto sigue reinando tanto a la hora de tapear como a la hora de tomar copas.

La bajada general en la hostelería se une en Ourense a la dificultad para conseguir nuevas licencias de café-bar especial

La crisis económica ha pasado factura en los últimos años a la hostelería, especialmente a la movida nocturna, dejándola reducida a fechas especiales y algún que otro sábado del mes. La amplia y variada oferta de ocio que ofrece el Casco Vello de Ourense se "ha visto mermada desde 2011", según indica Pablo Fagilde, que regente el Patio Andaluz . "La fiesta de los jueves la echó abajo el Plan Bolonia, porque los universitarios salen menos. También hemos notado que mucha gente de los pueblos ya no acostumbra a bajar a Ourense, tal vez porque hay más concienciación para no mezclar coche y alcohol". Actualmente, según cálculos de la Federación Provincial de Hostelería, 600 personas viven directamente de la fiesta nocturna de los pubs y discotecas de la provincia, un 10% del total de los trabajadores de la hostelería en Ourense. En 2011, eran 900 personas las que trabajaban en la noche, un 30% más. Este descenso acompaña a toda la hostelería, que ha perdido 2.800 ocupados desde 2011, cuando hubo una media de 8.700, hasta 2016, cuando llegamos a 5.900.

Para Ovidio Fernández Ojea, presidente de la Federación Provincial de Hostelería, "la crisis se ha llevado por delante muchos establecimientos de hostelería, principalmente de ocio nocturno. La recuperación en ese sector no se ha producido, el nivel de empleados ha bajado drásticamente respecto a hace diez años y, sin duda, no está en su mejor momento". Pese al bajón, Ojea no reduce las causas a cuestiones locales: "Es un hecho que se ha producido en toda España y también en Europa, no es exclusivo de aquí. En épocas de crisis la gente tiene prioridades y renuncia antes al ocio nocturno que a otras cosas. Tal vez algunos hosteleros no han sabido adaptarse a tiempo", comenta.

Otro de los problemas es el número de licencias. Actualmente, según datos proporcionados por el Concello de Ourense, permanecen activas 42 licencias de café-bar especial en el Casco Histórico y cinco con licencia de discoteca. "É un número que non medra porque o Casco Vello é unha zona declarada saturada de ruídos, polo que é certamente restritiva á hora de conceder máis licenzas", justifican desde el Concello.

Impacto económico y sueldos

La movida supone un dinamizador económico para Ourense, ya que la práctica totalidad de los ingresos de la mayoría de locales de copas, pubs y discotecas viene de la franja nocturna. Algunos han empezado a abrir por las tardes, como el Patio Andaluz; otros compatibilizan desde hace tiempo, como el Dous Escudos, de la rúa Lepanto, que lleva 28 años al pie del cañón; y otros se ha unido hace poco, como O Pote.

La caja ha bajado desde 2011, como ejemplifican en el Pub Chiripa, especializado en música rock : "Los jueves pasamos de hacer más de 200 euros a dificilmente llegar a los 100; un viernes, más o menos lo mismo y solo se mantiene los sábados, donde se triplica sobradamente a un jueves, pero que también ha bajado casi el doble", aseguran. En otro pub de Pizarro, que lleva más de una década en funcionamiento, las cajas bajaron entre un 40% desde 2010, "aunque notamos una recuperación en los últimos meses", dicen. En el Mery's, en la plaza de Los Suaves, Víctor, afirma: "Ahora ya hacemos más por el día que por la noche, la fiesta está muriendo". El gremio de los taxistas también ha notado el bajón: "Antes traballábamos forte os tres días, agora só os sábados, e para iso non todos", comentan en la parada de San Lázaro. En cuanto a los sueldos, los camareros siguen cobrando lo mismo. La noche oscila entre 40 y 50 euros (10 euros la hora). "No ha variado desde hace años, 40 euros más seguridad social", indican desde K'oba, pub situado en la céntrica calle Pizarro. 

La praza de San Martiño y Lepanto, reyes de copas

El baile y las copas se acotan a primera hora a la rúa Lepanto y la Praza de San Martiño , cada vez más en auge , y también  en torno a la Praza Maior. El Miudiño, el Tragaluz y el Tamarindo se han convertido en los últimos tiempos en reyes de la noche, especialmente para gente de más de 30 años, como confirma Fay Tijani, de Tragaluz. Muchos pubs de la zona más alta acusan la pérdida de clientes: "La gente que salía es la que sigue saliendo, pero en vez de salir seis veces al mes ahora salen dos y prefieren gastarlo en sitios más 'pijos' con copas caras", dice Martín Losada, de La Quimera, en As Mercedes. Otros bares acusan esta "falta de relevo generacional". La sala Urbe, antiguo Capital, y el alternativo Badulake, de la plaza do Ferro, se encuentran en traspaso desde hace un mes, y la Sala Berlín, que hasta marzo funcionaba también como pub-botellódromo ya solo acoge eventos musicales.

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