OCIO

Mus, mucho más que cartas

Ourense respira mus por todos los poros. La Asociación Cultural Museiros de Ourense se ha convertido en un referente nacional que aglutina personas con un único deseo: divertirse.

Es un juego de caballeros". Quienes conocen la esencia del mus saben que los naipes son sólo la parte de un todo en el que la estrategia y el control de las emociones cimientan las bases de un juego colectivo, sencillo de aprender y sobre todo, terriblemente adictivo.


Todo parece indicar que Ourense no es un lugar tradicionalmente vinculado con la práctica de este juego, pero el disparado crecimiento de un colectivo de aficionados al mus rompe en añicos todas estas hipótesis. Desde su constitución el 11 de noviembre de 2005, la Asociación Cultural Museiros de Ourense (Amou) se ha convertido en el punto de encuentro de cientos de habitantes de la ciudad, erigida como uno de los centros de referencia a nivel nacional en el arte del envido.


Basta con echar un vistazo al número de socios de la Amou para darse cuenta de que el mus es una vía de ocio muy viva en Ourense. Pasar de los 80 socios que tenía cuando fue creada a los 610 con los que cuenta en hoy en día no es fruto de la casualidad. Y tampoco lo es la variedad de edades de los miembros, que oscilan entre los 14 años de su socio más joven, Marco, y los 92 del más veterano, Vicente.


Y es que el mus es un juego en el que no se entiende de edades, sexos o clases sociales. Dentro de los socios de la Amou se encuentran personajes públicos -como es el caso de la mismísima concejala de Turismo, Mónica Vázquez- miembros de todo tipo de colectivos laborales, particulares, amas de casa y parados. Antonio Losada, presidente de la asociación no duda en señalar que "el mus se mueve en un ambiente lúdico y placentero para el jugador, a través del que se establecen fuertes lazos sociales entre personas aparentemente distintas".


La prueba más palpable del peso que tiene Ourense como punto clave del mus fue el Máster Nacional celebrado a finales del pasado mes de noviembre, que reunió a 156 parejas de jugadores de todos los puntos de España. El funcionamiento de la Amou se ha convertido en un modelo a seguir por colectivos homólogos de otras localidades gracias a un principio único en la asociación ourensana: no hay dinero de por medio. "Nuestros torneos se fundamentan en el reconocimiento social y el orgullo, no en la recompensa", apunta Antonio Losada, que señala que esta medida "evita caer en la etiqueta del vicio que rodea a los juegos de cartas y vuelve más sana la competición", elogiando la implicación de los jugadores, cuyo único aliciente es el disfrute del propio juego. "Eso no impide que más de uno tenga que pagar un café de vez en cuando", bromea.


La ausencia de premios no impide que la competitividad de las partidas sea la máxima. La Amou organiza varios tipos de torneo a lo largo del año, siendo la liga regular la que más destaca. En ella compiten equipos constituidos por ocho jugadores y adscritos a algún bar de la ciudad, en unas partidas que se celebran todos los jueves. Al igual que sucede con el fútbol, en Ourense hay dos divisiones, lo que suma emoción a la competición, al sumar al campeonato los alicientes de los ascensos y descensos. 31 son los locales registrados como escenarios de estas partidas, 9 fueron en sus inicios, una muestra más del brutal crecimiento del mus en la ciudad.


Lejos que querer "profesionalizar" el juego, una de las actividades que desarrolla la Amou es la Escola de Mus, dirigida por Moncho Bouzo, que explica que "está abierta a todo el mundo, incluso a aquellos que no tienen ni idea de cómo se juega". Después de explicar las nociones básicas de juego, los "novatos" reciben clases semanales, donde aprenden los distintos aspectos del juego, como el significado de las cartas. El curso culmina con el desarrollo de una competición en la que sólo participan los alumnos. "De este modo, aprenden a competir de verdad, y para el año siguiente pueden constituir un equipo que pasa a formar parte de la liga".


Pero no todo es diversión, ya que la Amou también presenta una vertiente solidaria, a través de los donativos realizados por sus miembros a Cáritas y el Banco de Alimentos en el marco del salón gastronómico Xantar, así como la organización de un torneo de fútbol-sala cuya recaudación se destinó al envío de un contenedor de medicamentos a Camerún. El espíritu de equipo y la unión entre amigos sustenta, por encima de todas las cosas, la verdadera esencia del mus.

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