EDUCACIÓN

Los nombres de 15 escolares de Vilariño llegaron a Marte

Alumnos de Vilariño
photo_camera Profesores, padres y alumnos del colegio San Martiño, en el curso 2017/2018.

Lo hicieron tras ser incluidos en un lapiz de memoria que transportó la sonda InSight de la Nasa

Los seis alumnos matriculados en el centro educativo San Martiño, de Vilariño de Conso, podrían ser los últimos. Convertido en colegio unitario, su previsible cierre no impedirá que sus nombres perduren en el tiempo, después de haber recorrido más de 200 millones de kilómetros en su vuelo interplanetario hasta el planeta Marte. El viaje, que finalizó esta semana,  es fruto de una actividad escolar que impulsaron los tres profesores del curso pasado, Xavier Domínguez Pérez, Alba Garrido Vidueira y Paula Gómez Quintas, esta última directora.

Los docentes incluyeron a los estudiantes en la relación de pasajeros virtuales de la sonda espacial InSight, que en mayo de 2018 lanzó la Nasa (National Aeornautics and Space Administration). Pisó suelo marciano en el área denominada Elusium Planitia y sus primeras señales fueron recibidas en la agencia americana el 26 de noviembre.

La sonda permitirá auscultar el interior del planeta durante dos años. Para ello fue dotada con una excavadora mecánica, capaz de perforar hasta una profundidad de cinco metros. Además, registrará los movimientos sísmicos, o martemotos, entre otras misiones.

Además, salvará los nombres de miles de personas, entre los que aparecen los 15 alumnos del colegio San Martiño. "Foi un lapiz de memoria cos nomes dos alumnos, entre os incluidos nun programa da Nasa", explicó Xavier Domínguez. El profesor, que este curso imparte clases en el colegio de A Gudiña, añadió que en el transcurso de las actividades fueron analizados numerosos estudios centrados en el planeta Marte y de la sonda InSight.

El programa lo impulsó el colegio, pero desde el primer momento, los padres se implicaron totalmente. "É fruto dun proxecto a longo prazo: o das escolas unitarias", comentó Julio Martínez, padre de Mario, de siete años, que continúa asistiendo a clase en el centro educativo de Vilariño de Conso. "Cos poucos recursos que temos, mobilizamos e levamos a cabo toda a actividade. É un orgullo!", dijo. Insistió en que la iniciativa fue posible gracias a la implicación de toda la comunidad educativa, si bien resaltó el papel que jugó la corta plantilla del profesorado: "Esforzáronse moitísimo. O mérito é dos profesores".

Este curso, la dirección del colegio San Martiño cambió. Actualmente, la ocupa Carmen Marcos Luis, que también valoró muy positivamente la labor desarrollada por los tres profesores que impulsaron el proyecto, ninguno de los cuales continúa en el centro educativo de Vilariño de Conso.


El colegio: del cielo al infierno


Los nombres de los 15 alumnos del colegio de Vilariño de Conso volaron hasta Marte esta semana. Fue una aventura, como otras que afrontó y que podría no repetir.  Este curso la matrícula del centro se reduce a seis alumnos y la plantilla del profesorado se reduce a la directora y a dos docentes que visitan el San Martiño tres y dos días a la semana, al objeto de impartir clases de Inglés y Audición y Lenguaje.

"Es una pena!" exclamó la directora, Carmen Marcos. Explicó que este curso no se incorporó ningún alumno. "Tras el colegio, lo hará la panadería o la farmacia", señaló. Julio Martínez lamentó que de un curso a otro, más de la mitad de los alumnos lo dejasen, cuando "hai unha atención individualizada".

La marcha de algunos alumnos fue obligada, pues pasaron de 6º a 1º de ESO, pero prácticamente la mitad de ellos fueron llevados por sus padres al colegio de Viana do Bolo. Son casi nueve kilómetros en coches privados, pues carecen de transporte escolar. Sí tendrían derecho a ir en el autobús de los estudiantes, así como al uso del comedor, si desaparece el colegio de Vilariño, por lo que no se descartan intereses en que echase el cierre.

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