ESPAÑA

Los nombres que no se pueden poner a un bebé en España: ni Cariño ni Lluvia de Abril

Usuarios del Registro Civil, en plenas gestiones.
photo_camera Usuarios del Registro Civil, en plenas gestiones.

Elegir el nombre de un bebé es una ardua tarea para muchas parejas. No son pocas las que se enfrentan a un "no" del Registro Civil a su propuesta. O aquellos que, tiempo después, se arrepienten de su elección.

 

Una niña no puede llamarse Lluvia de Abril y June seguirá siendo June por mucho que sus padres insistan en que quieren que su hija sea inscrita como Iune, que es el nombre de un ciclón tropical y de la gran señora del más allá.

Si elegir el nombre de un bebé se antoja para muchas parejas una tarea complicada, no son pocas las que después se enfrentan a la negativa del Registro Civil a inscribirlo con el nombre acordado. Y tampoco faltan los progenitores que, pasado el tiempo, se arrepienten de su elección; o los adultos que se pelean con la administración para enmendar a sus padres.

Como recuerda el Ministerio de Justicia, hoy en día casi todos los nombres son posibles, siempre que no se perjudique objetivamente a la persona y que no se haga confusa su identificación (un apellido convertido en nombre o un nombre que induzca a error sobre el sexo, por ejemplo). No pueden imponerse más de dos nombres simples o uno compuesto y no puede atribuirse a un hermano el nombre de otro hermano vivo.

Las reglas parecen claras, pero la casuística es infinita y hasta la Dirección General de los Registros y del Notariado llegan cada año las peleas irresueltas en los registros civiles, como recogen los últimos boletines del Ministerio de Justicia.

Los padres de June, nacida en Vitoria en 2011, volvieron al Registro en 2015 para reclamar que fuera inscrita como Iune. Se les había negado en su día, pero habían encontrado a al menos dos mujeres que se llamaban así, aportaban un artículo de Wikipedia con nombres de ciclones tropicales e información de Google sobre el origen de la palabra.

Pero la jueza del Registro rechazó su propuesta porque Iune contraviene las reglas ortográficas fijadas por Euskaltzaindia, la academia de la lengua vasca. De nada sirvió tampoco que la madre interpusiera recurso alegando que no quería poner a su hija un nombre vasco, sino hawaiano y aportando como prueba la entrada de "iune" en el diccionario hawaiano-español.


"Justa causa"


Para cambiar un nombre, sostiene la Dirección General de los Registros, se necesita una "justa causa". Se puede hacer, por ejemplo, cuando se demuestra que habitualmente se usa un nombre distinto del que consta en el Registro o para traducir un nombre extranjero o adaptarlo a las lenguas oficiales del país, pero no para una modificación "insignificante", como Esther por Ester.

En octubre de 2018, una instrucción de la Dirección General de los Registros intentó acabar con los obstáculos a los que se enfrentaban las personas transexuales al intentar cambiar de nombre cuando aún no se había modificado su sexo registral. 

Fue una instrucción con la que por vez primera se "despatologizaba" la identidad trans y, según explica la Asociación de Familias de Menores Transexuales, se debe permitir el cambio de nombre sin presentar informes médicos o de salud mental para facilitar el ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad.

Lo que no se puede es inducir a error en el sexo y, en opinión del registro de Mataró, Ari no era aceptable porque puede ser el diminutivo tanto de Ariel como de Ariadna. Con esa respuesta se encontró una pareja que quiso inscribir a su hijo con lo que sostenían que era un nombre nórdico que significa "águila", o "visible y claro" en maorí. 

En su recurso recordaron también a Ari Vatanen, un conocido piloto finlandés de ralis de los ochenta y noventa, y la Dirección General de Registros acabó dándoles la razón: los nombres que inducen a error son los que designan inequívocamente al sexo opuesto al del bebé, como Julio para mujer o Julia para hombre, pero Ari no se percibe como genuinamente femenino.


Evitar caprichos


El Registro Civil no puede estar al albur de una injustificada y variable voluntad de los ciudadanos". De forma tajante se respondió a Aleix cuando quiso cambiar su nombre por Aleix-Marc, el que aseguraba que usaba habitualmente. 

El problema es que el joven había pedido (y conseguido) dos años antes librarse del "Marc" con el que había sido inscrito al nacer. Para identificar e individualizar a las personas, le explicó la Dirección General, se recurre al nombre y el apellido, que no pueden quedar en manos de los particulares.

También está el caso de Lluvia de Abril. Los progenitores aseguraron que era un nombre muy meditado, durante meses, y destacaron que no era ofensivo y perjudicial para la niña, ya que el "bullying" no está asociado a nombres poco usados y lo sufren también los Enriques, Manolos o Marías.

Pero el Registro de Ponferrada solo les dejó llamarla Lluvia y tampoco prosperó su recurso: dos nombres simples se deben unir con un guión, Abril es también un apellido y la partícula "de" es parte integrante de algunos apellidos, por lo que el nombre propuesto hacía confusa la identificación.

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