EURO

Nuevo modelo de crecimiento para la economía española

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photo_camera Silueta de un hombre de negocios.

El Plan Junquer de nuevas inversiones de Europa, también podrá ser un estímulo que ayude a financiar nuevas inversiones.

En febrero del 2015, la economía española muestra signos de mejora, después de siete años de crisis. El Producto Interior Bruto crecerá un 2,4 % ayudado por las reformas del Gobierno, pero también por la caída de precios del petróleo y la depreciación del euro. El turismo y la exportación reflejan los impulsos de crecimiento. Sin embargo, la intolerable tasa de paro del 23,5 % pone en cuestión el final de la crisis y obliga a cambiar el modelo económico.

Antes de mencionar las reformas necesarias, debo aclarar que la solución de la crisis pasa también por un cambio en los impulsos de Europa. La austeridad para todos propugnada por Alemania no funciona y son necesarios algunos cambios.

Primero, los países del norte como Alemania y los escandinavos deben tener políticas más expansivas en inversión y aumento de salarios, de ese modo al crecer con vigor ayudarán al resto de Europa a crecer vía exportaciones.

Segundo, es positiva la nueva política monetaria de Mario Draghi de inyectar más liquidez a la economía, la famosa” quantitative easing”. Esto ayudará pero no será una solución mágica.

El Plan Junquer de nuevas inversiones de Europa, también podrá ser un estímulo que ayude a financiar nuevas inversiones.

Sin embargo los países del sur de Europa, muy endeudados, deben seguir políticas de rigor fiscal.
El tema de Grecia presenta la complicación de que la economía griega no tiene la capacidad de crecer, ya que no exporta, no tiene industria ni empresas importantes, y sin crecer es imposible pagar. Un accidente, como su salida del Euro o su incumplimiento de pagos, traería una crisis seria a Europa que debe evitarse.

¿En qué consiste el cambio del modelo propuesto para España? En tres medidas.

La primera, orientar la economía hacia la exportación. Para ello son necesarias algunas medidas entre las cuales destaco:
1) Mejorar el nivel de inglés en la población.
2) Fusionar empresas pequeñas para obtener un tamaño más grande que les permita exportar.
3) Trabajar el tema de la Marca España.
4) Fomentar que nuestras empresas exporten, mejorando el conocimiento del marketing en las mismas y evitando por ejemplo que las empresas de aceite de oliva andaluzas, lo vendan a granel a Italia, para que este país lo exporte a USA como italiano.
5) Normalizar la financiación a las pymes, muy dañadas por la crisis, sea a través del ICO o a través de los fondos de Draghi.
6) Tampoco ayuda la falta de formación en técnicas de comercio exterior, hay que mejorar en eso.
Respecto a los productos, España exporta alimentos. Sin duda, el ser un país grande, el tener un buen clima y el tener poco consumo por la crisis favorece esta tendencia. Desde aceite de oliva, vino, ibéricos, marisco gallego, naranjas valencianas y un largo etcétera. Pero España está exportando maquinaria industrial, coches, fragatas militares, productos farmacéuticos, químicos y derivados (como detergentes), granito, textil, muebles, juguetes, cerámica, paneles solares, fuentes eólicas, etc.
O sea que la sofisticación de las exportaciones es un gran éxito.

¿A qué mercados deberíamos exportar? En estos momentos exportamos a Europa un 63 por ciento del total, debemos incentivar la exportación a mercados emergentes con alto potencial de crecimiento como China, India, Corea del Sur, Marruecos, Brasil, Chile, México, Perú, Colombia, etc.

La segunda recomendación es seguir una estrategia basada en la formación, la tecnología y la innovación. Dicho así parece fácil, pero es complicado ya que va asociado con un cambio en la cultura. Desde el punto de vista económico, la productividad depende mucho de estos factores y países como Finlandia, Corea del Sur, Irlanda, Estados Unidos e Israel han aumentado sus niveles de vida basándose en estos factores.

En materia tecnológica España está atrasado. Por un lado, la cultura del empresario a veces es, prefiero pagar una patente alemana a investigar. Por otro lado, ¿qué prestigio tienen los investigadores en España? Muy poco a diferencia del modelo anglosajón. Por otro lado, tampoco ayudan los recortes en investigación y desarrollo hechos por el Gobierno español. Hay que recortar otras cosas de gasto público improductivo pero no la investigación.

El tema educativo es central. Sobre este tema varias recomendaciones
1) Intentar dotar a la Universidad de más componente prácticos que los vinculen al mundo laboral (no puede ser una isla).
2) Convencer al empresario que la formación es una inversión y no un gasto.
3) La llamada “fuga de cerebros”, o sea que la gente joven y formada emigre es un drama que desangra la productividad de la economía.
4) Pedir una educación de más esfuerzo y menos botellón.
5) Incentivar el estudio del inglés, con métodos prácticos.
6) Potenciar la formación y el respeto a los profesores.
7) Evitar los cambios bruscos en los planes educativos al cambiar los gobiernos; debe haber un acuerdo de puntos básicos que no cambien por avatares políticos.
8) Las familias deben entender que lo único que ayudará al progreso de sus hijos es la formación, con los cambios tecnológicos solo tendrán buenos empleos los más formados.
Referente a la innovación, necesitamos más emprendedores. Ya de pequeños, nuestros padres fomentan ser funcionario (por su estabilidad), frente a emprender. Y si una persona fracasa en un intento empresarial, no crucificarle y darle otras oportunidades como ocurre en Estados Unidos o Inglaterra.

Finalmente, la tercera reforma se basa en el presupuesto. En vez de subir impuestos a la clase media (IVA, IRPF, etc.) debe intentarse terminar con el fraude en la economía sumergida.
Por ejemplo, contratando más inspectores de Hacienda, legalizando la prostitución, endureciendo las penas de cárcel a los defraudadores, suprimiendo los billetes de 500 euros, etc.
Hacienda española tiene la informática más sofisticada del mundo, para controlar los que están en blanco, y los que están en negro qué?

Finalmente, en vez de recortes adicionales en sanidad y educación, hay que abordar un recorte de gasto en funcionarios, asesores, coches oficiales, el Senado, Las Diputaciones, fusionar ayuntamientos, privatizar empresa públicas deficientes, reducir el gasto en las televisiones públicas y autonómicas. La idea no es reducir salarios aun más, sino recortar en partidas mal administradas.
Haciendo estas reformas, el futuro de la economía está asegurado.

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