Cartas al director

Obituario | Blanquita la de "El Primor"

Blanquita era muy jovencita cuando se puso al frente de la mercería “El Primor”, en la calle Lamas Carvajal, en el edificio del Liceo. La había fundado doña Dolores Cid en el año 1900, pero la convirtieron en la más próspera de la ciudad los hermanos Felipe y Nicario, naturales de Arévalo, que se la compran a doña Dolores y se casan con sus sobrinas. 

A Blanquita, nieta de Felipe y heredera de “El Primor”, le tocaría el mal trago de cerrar la mercería en 2008, después de pasarse gran parte de su vida despachando botones, lanas, hilos, dando consejos a las clientas y compartiendo sus labores de profesionales o aficionadas. Blanquita derrochaba paciencia y sabiduría en el difícil arte de “las labores”, y la trasmitía a sus dependientas y, sobre todo, a su hija, también Blanquita, con la que no me extrañaría que montara una sucursal de “El Primor” allá donde ambas estén. 

Blanquita y su marido, Antonio Reverter, reunían todos los años a sus amigos para celebrar la fiesta de la sidra elaborada con las manzanas de su finca, una fiesta abierta a todos gracias a la bonhomía de la pareja y en la que destacaba la sonrisa acogedora de Blanquita, la misma que repartía a sus clientas de “El Primor”.