RURAL

Ochenta concellos tendrán un planeamiento básico si se aprueba la nueva Lei do Solo

El anteproyecto de ley, ahora en exposición pública, simplifica el urbanismo de los pequeños concellos, que son el 76% en la provincia, pero deberán garantizar la protección del paisaje rural

El pasado lunes salía a exposición pública el anteproyecto de una nueva Lei do Solo de Galicia, que sustituirá a la vigente -con sucesivas modificaciones- desde el año 2002, para abrir un periodo de presentación de alegaciones por parte de los concellos. Su aprobación aún se dilatará porque el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ya manifestó que, con toda probabilidad, no entrará en vigor antes de las próximas elecciones municipales estando como estamos a sólo siete meses y medio de los comicios, pero incidirá muy notablemente en el planeamiento de los pequeños concellos (menos de 5.000 habitantes), que son la inmensa mayoría en la provincia de Ourense; nada menos que 80, o lo que es lo mismo, el 76% de los municipios ourensanos.

Pero, precisamente, serán éstos los que, al hilo de la nueva norma, deberán tener un papel más relevante, especialmente en lo que se refiere a uno de los empeños básicos del texto, la eliminación del "feísmo" en el rural, y la recuperación y protección del paisaje gallego, particularmente a base de la buena construcción en el campo.

A cambio, el borrador de la nueva legislación simplifica la tramitación del planeamiento a estos municipios de menos de 5.000 habitantes, menos complejos urbanísticamente. Para que todos ellos dispongan de Plan de urbanismo propio o municipal -actualmente, menos de 30, de los 92 municipios ourensanos, no tienen su planeamiento acorde con la ley vigente-, se crea ese Plan básico municipal, que se basará en un modelo denominado Plan básico autonómico y que redactará la Xunta. Para el presidente de la delegación ourensana del Colegio de Arquitectos de Galicia, Alberto de Paula, esta es una iniciativa interesante, que ya existió en la ley de 1997 pero que apenas se implantó, "probablemente por el poco tiempo en el que estuvo en vigor".



Acabar las construcciones

Más complicada será, reconoce el arquitecto, la lucha contra el feísmo y los edificios inacabados. Recuerda que la anterior legislación "ya lo planteaba de una manera concreta, estableciendo parámetros y dando pautas de cómo deben de realizarse las construcciones en nuestro paisaje gallego", pero reconoce que la novedad radica en "la obligación que esta ley le transmite a los ayuntamientos para obligar a rematar las edificaciones en plazos determinados", de forma que desaparezcan de la idílica imagen construcciones a ladrillo vista, por ejemplo. Es una idea que a De Paula le parece muy necesaria, pero que entiende que "puede resultar complicado en los pequeños municipios", donde también abundan esas edificaciones inacabadas, ya que "el ayuntamiento tendrá que dar la cara ante sus vecinos obligándoles a rematar las edificaciones".

"Lo veo problemático, sobre todo lo de sancionar a aquellos vecinos que no acometan el final de la obra", replicaba ya Pura Rodríguez, la alcaldesa de Gomesende (914 habitantes). Ella entiende que, en estos tiempos de crisis, una obra de semejante calado puede no ser prioritaria para los dueños de dichos inmuebles.

Igualmente, José Luis Ferro, regidor de Celanova (5.809 habitantes), reconoce que el encargo de exigir a los vecinos que arreglen sus fachadas inacabadas, antes incluso que el interior, donde residen, es algo "delicado"; con todo, entiende que "es una de nuestras responsabilidades, mal que nos pese; habrá que ser pedagógico".

Por otra parte, el presidente de los arquitectos considera que, en la actualidad, hay muchas edificaciones "repartidas por nuestros pueblos" que, unas con licencia y otras muchas sin ella, y totalmente rematadas, "en nada dialogan ni respetan el medio en el que se asientan". Destaca, en este sentido, la necesidad de "que las administraciones municipales tengan opción de disponer de los, para mí, únicos técnicos cualificados para informar sobre arquitectura y urbanismo y que no son otros que los arquitectos".

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