TRIBUNALES

Once años de cárcel por intentar asesinar a su mujer con una sartén en Castrelo do Val

Los magistrados aprecian "alevosía doméstica" en el ataque sorpresivo

La Audiencia de Ourense ha condenado al luso Joao Oliveira Alves por intentar asesinar a sartenazos a su mujer el 2 de enero de 2017 cuando ambos se fueron a pasar las fiestas de Navidad a una casa que había comprado el marido en Moreira do Rei (Castrelo do Val).  El procesado abordó por la espalda "de forma sorpresiva" a la víctima cuando estaba cocinando una sopa. "Con la intención de acabar con su vida , golpeó violentamente su frente contra la piedra de la cocina, tirándola al suelo, boca abajo, y echándose encima de ella, al tiempo que le tapaba la boca", declara probada la sentencia. Mientras aseguraba que la iba a matar ante las súplicas de la esposa, el inculpado "abrió el horno, cogió una sartén y la golpeó en la cara y la cabeza en ocho ocasiones". 

Los magistrados reconocen que la víctima quedó malherida en el suelo, sangrando por la cabeza, mientras el marido se fue a la cama y apagó la luz. "G.L.M., aterida de frío, se fue arrastrando como pudo hasta la habitación en la que se encontraba su marido y se tumbó en la cama mientras él dormía", aseguran los jueces. A la mañana siguiente, cuando Joao Oliveira se despertó, se sorprendió que su  mujer siguiera viva. Incluso llegó a decir: "Tu no puedes estar viva con la sangre que hay aquí". Posteriormente, ante los ruegos de la mujer, la llevó al hospital con la condición de que no contara nada y atribuyera las lesiones a dos caídas accidentales. 

El tribunal considera el testimonio de la denunciante"prueba de cargo con suficiente fuerza probatoria para entender soslayada la presunción de inocencia". Su incriminación fue persistente y hay elementos periféricos que refuerzan su testimonio. La víctima "describe con precisión los hechos acontecidos" y, además, "su relato aparece acreditado por el carácter traumático de las lesiones que padeció, numerosas e incompatibles en su causación con un origen fortuito".  La sala toma en consideración el testimonio del forense: "La versión de G. es compatible con las lesiones que tenía y cómo se habían  producido con una sartén y el borde un pilón".

El fallo aprecia "alevosía doméstica" pues el acusado se aproximó por la espalda golpeándola de forma inmediata. La víctima -añade- "no podía prever el ataque sorpresivo de Joao, despreocupación que provenía de las convivencia diaria". 

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