TRIBUNALES

Once personas se excusan para no juzgar el crimen del holandés

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photo_camera Juan Carlos Rodríguez González, en una de sus comparecencias en el juzgado.

Este será el primer jurado popular en Ourense, en la semana del 18 y 22 de junio, desde hace dos años

La Audiencia provincial de Ourense todavía no tiene claro si tendrá que recurrir a un nuevo sorteo para completar el jurado popular que verá uno de los juicios más mediáticos de este año, el crimen del holandés Martin Albert Verfonder en Santoalla (Petín). El primer día de la vista, el 18 de junio, deben concurrir 22 candidatos para escoger a once (nueve titulares y dos suplentes), pero las alegaciones planteadas en la primera preselección mermaron ostensiblemente la lista de 36 jurados.

El presidente de la Audiencia, Antonio Piña, y el fiscal del caso, Miguel Ruiz, escucharon ayer las excusas esgrimidas por once de ellos. Antes ya se habían apeado del primer listado a cuatro personas que habían cumplido los 65 años (una de las excusas con más incidencia en Ourense) y otro al que le consta una condena por la Audiencia.

Entre los argumentos que se escucharon ayer hubo como en botica. Desde una joven que en esas fechas tiene exámenes hasta personas que ejercen de cuidadores de mayores o enfermos. Pero también justificantes médicos con cuadros de estrés, patología poco recomendable para una sala de vistas, o un hombre con una dolencia en una rodilla a quien le sería difícil de soportar largas jornadas en un tribunal y durante toda una semana.

Entre las alegaciones más curiosas, las planteadas por dos valdeorreses que esgrimieron parcialidad porque conocían a los dos inculpados, los hermanos Juan Carlos y Julio Rodríguez González. También un autónomo planteó los problemas que le acarrearía faltar una semana al trabajo. Además, otro de los llamados a impartir justicia quedó excluido sin necesidad de argumentación: por una discapacidad mental del 51%.

En los próximos tres días el presidente del tribunal popular, debe decidir a quién excusa. En caso de que queden menos de 22 personas, habrá que recurrir de nuevo al azar.

Este juicio con jurado será el primer desde hace dos años. El último que se celebró fue en mayo de 2016, el caso de un exprofesor de Oímbra, Agustín A.P., acusado de malversación. Un tribunal popular le consideró culpable de haberse quedado con casi 14.961 euros del centro escolar en el que trabajó entre los años 2000 y 2007. La sentencia le impuso dos años y tres meses de prisión. 


Una muerte que se remonta a enero de 2010


El fiscal acusa a los hermanos de un delito de asesinato. A Juan Carlos Rodríguez como autor material, además de tenencia ilícita de armas, y a su hermano Julio como encubridor. Para el primero reclama 17 años de cárcel -le aplica una atenuante poco cualificada de minusvalía psíquica- y 18 para el segundo. Les considera coautores de una trama que tenía como fin acabar con la vida del holandés, quien junto a su mujer se instaló en 1997 en Santoalla en busca de una vida tranquila y en pleno contacto con la naturaleza. La acusación pública asegura que el móvil del crimen hay que buscarlo en las rencillas del holandés con la otra única familia de la aldea, los padres de los inculpados, por el aprovechamiento económico de los montes comunales. Sostiene que los inculpados trazaron un plan para matar al holandés: Juan Carlos le disparó cuando regresaba a la aldea después de hacer la compra el 19 de enero de 2010 y su hermano escondió el cadáver y el coche a unos 10 kilómetros. El cadáver, devorado por las alimañas, apareció el 20 de junio de 2014. 

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