Opinión

Orense vs Ourense

Por lo que he podido leer en la prensa un nutrido grupo de ourensanos se han indignado al ver la palabra Orense en lugar de Ourense en una prueba de un conocido concurso televisivo español, La Ruleta de la Suerte. Se ve que esas personas no tienen cosas más importantes por las que indignarse, eso sí que es tener suerte y no la de La Ruleta. 

Orense, como Lérida, Londres o Nueva York son topónimos con un uso más que centenario en la lengua española, por lo que gallegos, catalanes, ingleses o estadounidenses no tienen ni la mínima autoridad para decir cual es el topónimo correcto en una lengua, el castellano, que no es la suya. 

Eso aunque aquí la Xunta haya dictado que los únicos topónimos oficiales son los gallegos, o sea en este caso Ourense, cuando ambas lenguas, el gallego y el castellano, son oficiales en Galicia. Vamos, un disparate jurídico. Una cosa es lo que dicen los parlamentarios que pueden decir misa cantada en latín (suelen hacerlo a menudo y por eso no los entendemos) y otra muy distinta lo que dicen los hablantes.

Esa indignación actual e indocumentada viene de otra indignación anterior, esa sí documentada y justificada. La que produjeron los cambios de topónimos de un franquismo empeñado en borrar todo rastro de las lenguas autonómicas. Todos conocemos ejemplos como Carballino que no significa nada por O Carballiño que sí significa algo, El Roblecito; o el insuperable El Niño de la Guía que no sabemos lo que significa por Niñodaguia, que significa Nido del Águila. (Las aclaraciones anteriores son para mis lectores extranjeros no gallegos, que tengo unos cuantos.)

Curioseando internet a propósito de este tema he encontrado un interesante y razonado artículo de un tal José Manuel Pousada a quien no conozco. Además, gracias a él he descubierto también, no lo sabía, que en los libros de texto de los niños de Galicia hoy todos los topónimos están "galleguizados" incluyendo los castellanos, así que Getafe pasa a ser Xetafe, o Ciudad Real, Cidade Real. O sea, lo mismo que hizo el franquismo solo que al revés. Esto tiene la ventaja de que un día un niño de Lugo cuando sea mayor llegará a Getafe de visita con su familia y no sabrá en qué ciudad está. Una estrategia brillante al servicio de una idea brillante.

Yo utilizo Ourense casi siempre pero como castellano-hablante y como galego-falante creo que puedo usar el topónimo que me salga del moño. Por cierto, si teclean ustedes "moño" en español en el traductor de Google y le piden la traducción al gallego les dará "chignon", o sea moño en francés. Aquí el que no corre, vuela. Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé! 

Lo ideal sería volver al latín que a fin de cuentas es lo que hablan en el Parlamento. Así nos entenderíamos mejor. Una buena solución sería "Auriense", que contentaría y disgustaría a todos por igual.

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