El equipo dirigido por Anxo Valcárcel perdió por la mínima ante el Deportivo, a pesar de jugar 25 minutos en superioridad
A veces, los tópicos escriben el fútbol. Esta vez, lo corroboran. Anxo Valcárcel cogió las riendas del equipo juvenil del Ourense CF hace cinco semanas y no conocía la derrota. La pasada semana recibían al Deportivo. La motivación es innata en estos partidos.
El equipo ourensano salió al campo con una intención y mostró otra. Las ideas estaban claras fuera del césped, pero dentro es otra historia.
El Deportivo fue más equipo durante 45 minutos y el jugador visitante Toba lo hizo efectivo. El futbolista blanquiazul adelantaba a los coruñeses antes del descanso. Otro tópico: golpe psicológioco.
Tras la pausa, el Ourense CF parecía otro equipo. Las jugadas eran más fluidas, las combinaciones más precisas y el Deportivo se encerraba en su campo.
Una expulsión de un jugador coruñés propio una avalancha de juego ofensivo por parte de los pontinos. Pero no en excesivas ocasiones.
La movilidad de los delanteros hacía que las llegadas al área fueran constantes. Los locales contabilizaron tres ocasiones propicias para empatar el partido, pero no fueron efectivos. El final estaba escrito. Ni una falta al final del partido cerca del área deportivista era una opción. Se fue por encima del larguero y el Ourense CF se quedó con la miel en los labios.
Saboreó el empate por momentos durante la segunda parte. Sería la quinta jornada sin conocer la derrota, pero no fue así.
El equipo que dirige Anxo Valcárcel es decimotercero con 29 puntos.
Del décimooctavo al décimoquinto descienden y los ourensanos solo tienen una bala para gastar. Tan solo tres puntos le separan del arrastre a la Liga Gallega.
