Un Ourense a la medida de nuestras aspiraciones

Hace poco más de seis meses, cuando en La Región creamos este foro que bautizamos, en una inequívoca declaración de intenciones, como “Ourense, una nueva velocidad”, pusimos el acento sobre la oportunidad histórica que representaba la llegada del AVE para una provincia asediada por despiadados indicadores socioeconómicos y por responsabilidad planteamos el reto, la exigencia de sacar provecho de una herramienta que nos situará en una red privilegiada de ciudades conectadas por un transporte público de elite.
Lo cierto es que desde entonces hasta hoy no ha habido excesivas alegrías en la realidad ourensana si nos guiamos por la actualización de las estadísticas demográficas, económicas, laborales o de cualquier otra naturaleza; pero no quiero incidir más en ello. Debemos, estoy más convencido que nunca, centrarnos en dos palabras: oportunidad y futuro. Somos la puerta de entrada del AVE en Galicia, la lanzadera de una nueva relación socioeconómica entre Galicia y el resto de la Península.
La Región ha asumido el compromiso de ejercer de guía, motor y transporte de todos cuantos entienden la obligación colectiva de rentabilizar el nuevo escenario y cambiar, acelerar de una vez por todas, el ritmo de crecimiento de Ourense. Porque esta misión es inherente a la filosofía que durante ya más de un siglo ha servido de hoja de ruta de un grupo de comunicación concebido para ser el libro blanco del ourensanismo.
En las dos primeras estaciones de este viaje hemos oído interesantísimas y didácticas aportaciones. Hoy me apropio de una frase repetida por los ponentes porque demuestra que hemos acertado al apostar por esta plataforma que denominamos “Ourense, nueva velocidad” y porque abunda en el mensaje que debemos interiorizar los ourensanos: “El AVE sólo mueve lo que ya se estaba moviendo”. Quedarse parado esperando sería, por tanto, una grave irresponsabilidad que nosotros no queremos ni podemos permitirnos y estoy convencido de que ustedes tampoco. Ourense se está jugando su futuro.
Hace sólo unos días, se producía una noticia muy esperada, la denominada macrolicitación calificada reiteradamente como el mayor esfuerzo inversor en obra pública en la historia de Galicia. No es casualidad que se produzca precisamente cuando un gallego está al frente del Ministerio de Fomento. Enhorabuena, señor ministro por el empeño personal y el resultado. No podemos, insisto, desperdiciar la oportunidad de que esta infraestructura marque un antes y un después para esta provincia. Apelo a todos los ourensanos para que trabajen en ello y apelo especialmente a la responsabilidad de los políticos, de todos los políticos, para concebir su misión pública con amplitud de miras y ambición, pero con una ambición depositada al servicio de la ciudadanía y no de intereses o estrategias políticas de corto plazo y sesgo partidista. Vivimos el momento de situar a Ourense en la vanguardia de las comunicaciones, tenemos la oportunidad de, partiendo de cero (porque ahí es donde estamos ahora mismo), crear un modelo de transporte público puntero, un referente para el resto de las ciudades y provincias gallegas. No podemos cometer los errores de siempre, errores que, por poner sólo un ejemplo de los muchos que podría citar, nos impiden todavía hoy disfrutar de un transporte metropolitano que rompa el aislamiento existente entre la tercera ciudad de Galicia y los municipios de su entorno más cercano. No es tolerable una situación así.
Apelo, con deliberada insistencia, a la responsabilidad de nuestros cargos públicos, los que están en este auditorio y los que no, para que aprovechen esta oportunidad que se nos brinda de resolver todos los asuntos pendientes y, comenzando por el transporte público, reinventarnos hasta convertirnos en un modelo de comunicaciones y desarrollo social. Aceleremos la llegada de la alta velocidad ferroviaria, diseñemos una estación de transporte de viajeros integrada e integral, creemos las infraestructuras secundarias necesarias para que toda la provincia, sus ciudadanos y sus empresarios, queden conectados al futuro con velocidad y eficiencia. No nos detengamos, señores, en diálogos de sordos. En todo caso, avancemos, y mientras avanzamos, dialoguemos. Ourense ya ha perdido bastante tiempo.
No puedo ni quiero tampoco dejar de mencionar la iniciativa social surgida para denominar Eulogio Gómez Franqueira a la estación del AVE de Ourense. Con absoluto respeto a otras propuestas y sensibilidades, estoy convencido de que Franqueira y su legado son la metáfora perfecta de cuanto debe representar para nosotros la alta velocidad ferroviaria. El fundador de Coren, por cierto uno de los mayores clientes de mercancías de Renfe, nos demostró cómo partiendo del vagón de cola, Ourense puede alcanzar la vanguardia; cómo, tomando las decisiones adecuadas, podemos cruzar el gigantesco viaducto que separa el minifundismo de las ideas del rico paisaje de la investigación, el desarrollo y la innovación. Porque tenemos materia prima de primera calidad, materia gris de sobra y contrastada capacidad para asumir los elevados riesgos que comportan las empresas difíciles. En este auditorio hay emprendedores que son la prueba de ello. Propongo que sigamos la estela de precursores como Barreiros o Franqueira y realicemos un esfuerzo común para transformar Ourense en una marca única, de calidad, de progreso, atractiva y fácil de vender al resto del mundo. Reunimos todo lo preciso para conseguirlo, pero no me voy a extender haciendo inventario de las excelencias de esta tierra con la que me siento profundamente comprometido. Me permito, por último, la osadía de invitarlos a todos a completar este viaje que debe desembocar en la construcción de un Ourense a la medida de los valores que defendieron nuestros abuelos y de las legítimas y exigentes aspiraciones vitales de nuestros nietos.

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