Crisis del coronavirus

Ourense pasó en dos semanas del latido laboral a 12.000 parados más

Uno de los síntomas claros de parálisis de todas las actividades está en la escasa o nula circulación por las vías de alta capacidad de la provincia.
photo_camera Uno de los síntomas claros de parálisis de todas las actividades está en la escasa o nula circulación por las vías de alta capacidad de la provincia. // Martiño Pinal
Las suspensiones de empleo se ceban con el comercio, la hostelería y la industria, sectores que encaraban una época positiva

 El 3 de marzo se producía el primer caso en España de muerte por coronavirus. Muy pocos creyeron entonces que tres semanas después las víctimas mortales se contasen por millares. Ese mismo día se conocían los datos del paro. En Ourense había caído la cifra en 106 personas en un mes, con lo que la cifra total de desempleados se quedaba en 18.397. Nadie podía pensar que a día de hoy más de 12.000 personas se fuesen al paro en solo unos días, incluidos en los miles de Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE) presentados en apenas diez días laborables. 

El tsunami laboral se desencadenó especialmente desde el día 14 con el decreto de estado de alarma dictado por el Gobierno y que ha paralizado la mayor parte de las actividades económicas. En la provincia, a casi 2.000 personas cada día les han dicho que cobrarán el paro al menos un par de meses. ¿Cuáles han sido los puntos calientes durante estas dos semanas?

Comercios y hostelería fueron los primeros en sufrir las consecuencias, obligados a echar la persiana. Durante el pasado año el primero de los sectores hizo 10.062 contratos laborales, mientras que el segundo firmó 20.442.

MOTORES ECONÓMICOS 

La importancia de estas actividades se demuestra en su capacidad de generar empleo y aportaciones a la Seguridad Social, así como tributos a diferentes administraciones. El pasado mes de febrero se cuantificaban en la provincia 12.142 afiliados a la Seguridad Social de trabajadores por cuenta ajena en el comercio, a los que hay que sumar 5.513 autónomos. En la hostelería, 5.477 empleados por cuenta ajena y 2.585 autónomos. Ahora ambos sectores están abocados a seguir cerrados.

La industria había logrado hacer un millar de contratos en el mes de febrero, pero ahora ya son pasto de los ERTE

La industria fue otro de los grandes gremios perjudicados. En la provincia se habían hecho un millar de nuevos contratos en un solo mes, reivindicándose como vital en el pulmón laboral de la provincia. Tiene 12.600 afiliados a la Seguridad Social por cuenta ajerna, a los que hay que sumar casi 1.800 autónomos. 

LOS ERTE

Un mes después el goteo de ERTE se cebó con algunas actividades estratégicas. La parada de la gran industria del automóvil provocó que los suministradores de componentes lo hicieran a continuación. Unas diez fábricas se contabilizan en la provincia, con unos 2.000 empleos directos. En la actualidad no hay ninguna planta en producción y sus trabajadores han ido al paro de forma temporal.

 

Tampoco se salvó el textil. Los comercios cerraron, por lo tanto inútil producir si no se vende. Adolfo Domínguez fue la primera firma en anunciar un ERTE: primero 728 empleados, para días más tarde elevar la cifra a 909. Se sumaron otras marcas como Roberto Verino y, en estos momentos, Sociedad Textil Lonia negocia las condiciones del suyo. 

PARÁLISIS

Con estas situaciones la paralización de los polígonos más importantes de la provincia fue un hecho y en estos momentos se mantienen trabajando en torno a la mitad de las empresas instaladas.

La distribución alimentaria, el sector primario o parte del transporte, entre las actividades menos castigadas

La situación ahoga también a autónomos, más de 23.000 en la provincia, que están de brazos cruzados en su mayoría. Por el medio el Gobierno ha intentado tranquilizar a los empresarios y los trabajadores poniendo en circulación miles de millones de euros, por el momento incapaces más que de cortar la vía de agua.

Las decisiones gubernamentales han dado un paco más allá ayer mismo con la paralización de todas las actividades que no fueran esenciales. Entre ellas, la construcción. Sin embargo, las obras se mantenían al 80% y los empresarios quieren seguir trabajando para no contribuir a más paro o cierre de empresas. El gremio no está en el mejor de los escenarios (llegó a tener más de 15.000 empleos antes de la crisis del 2008), pero está remontando y entre empleados por cuenta ajena y propia están activos en torno a 8.500.

EL REVERSO

Pero no todos los sectores se han visto abocados a cierres temporales y despidos como consecuencia del decreto de alarma. Nada más promulgarse la medida gubernativa los supermercados y tiendas de alimentación se vieron desbordados por la demanda. Ahora la situación se ha normalizado pero la mayor parte de las empresas agroalimentarias refieren picos de demanda de un 10% más que cualquier otra época, mientras los transportistas equiparan la demanda de alimentos de estos días como la de la campaña navideña. Son también los transportistas los que mantienen la llama viva, pero con desigualdades. Los del sector de la distribución sí han visto intensificar su trabajo en apenas dos semanas, pero los que cargaban otros productos están o parados o circulando muy poco.

 

Ahora la duda está en saber cuánto tiempo va a durar el confinamiento y la parálisis. En varios sectores se da ya por perdido el mes de abril y, laboralmente, el año recordará los peores de la crisis del 2008, con su retahíla de parados. 

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