Crisis del coronavirus

Las palabras también curan

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photo_camera Florinda y Pili, dos de las enfermeras que han recibido el apoyo de sus vecino.
Las enfermeras Florinda, Pili y Rosa recibieron el homenaje de sus vecinos en forma de texto, al igual que su compañero Hugo Babarro, contagiado por el COVID-19, que sintió el apoyo de su barrio

Decir mucho con poco. Ese efecto tan difícil de conseguir, por el que muchos escritores suspiran y que está logrando un grupo de vecinos, en diferentes puntos de la ciudad. Palabras de agradecimiento, simples, sin artificios, pero que llegan a sus destinatarios como una inyección de alegría y de emoción. Son carteles o pancartas que se colocan en un edificio o en la propia calle, y donde se agradece a los sanitarios y demás trabajadores "esenciales" que sigan dando todo lo que tienen para frenar al virus desde diferentes trincheras. En As Lagoas, a tres enfermeras. En O Couto, a otro compañero que, además, resultó contagiado. Una lección moral a aquellos (pocos) que han criticado y cuestionado a estos profesionales por vivir donde viven, por hacer lo que hacen. En Ourense reina lo bueno.

"Bajé a las 7:30 horas de la mañana para marcharme al hospital y me quedé en 'shock' cuando vi el cartel. No me lo esperaba. Saqué un boli y escribí 'muchas gracias' como respuesta", narra Pili, unas de las sanitarias que vive en el Edificio Portovello. Allí aparecieron dos carteles, uno por cada portal. Para ella y para sus compañeras Rosa y Florinda. "Nesta comunidade estamos moi orgullosos de contar con veciñas/os que traballan para axudar a vencer o coronavirus", rezan los carteles. 

"No te lo esperas y sientes mucha emoción por un texto así. Especialmente porque ves que en otros lugares son totalmente contrarios, de rechazo. No lo puedo entender", coinciden las profesionales de la sanidad. Una dosis de energía. 

Reconocimiento “Dulce"

De mensajes sabe, y mucho, Hugo Babarro, el enfermero ourensano de la UCI del CHUO contagiado de coronavirus tras usar las mascarillas defectuosas –junto a él, dieron positivos otros 27 sanitarios en los tests realizados el fin de semana pasado tras conocerse los problemas de material–. Se recupera en casa, en su barrio de O Couto. Desde allí evoluciona favorablemente. "De momento estoy bien, quitando un par de días que tuve congestión nasal. No tuve fiebre ni síntomas más allá de eso. La gente sigue bastante mosqueada porque hay compañeros que han empezado con síntomas. Lo que queremos es que se repitan los test al personal sanitario y evitar que haya gente contagiada que esté trabajando".

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Al conocer el caso sus barrio quiso dejar claro que están a su lado. "Me colocaron un cartel de apoyo en el portal, otros colgaron en sus ventanas, incluso me hicieron una tarta... La verdad es hugobabarroque no puedo tener ni una sola queja de mis vecinos ni del barrio en general. Al contrario, solo puedo estar agradecido por su apoyo y por su comportamiento. Está claro que en estas situaciones sale lo mejor y lo peor de las personas. Toda esta crisis, siempre lo he dicho, va a dejar a cada uno retratado como es de verdad. Tanto a nivel personal como laboral", apunta Hugo Babarro.

De cualquier tipo, el apoyo consigue el efecto deseado. Queda trabajo por hacer, para estos sanitarios y para el resto de trabajadores que en primera o segunda línea de batalla desempeñan su labor. Toda energía extra es bienvenida, también si llega en forma de palabras. En este caso, valen más que mil imágenes.

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