entroido

La parroquia de San Pedro bailó con los galos

Galos. A Mezquita
photo_camera La comitiva de los galos inicia el recorrido por las calles de A Mezquita, en A Merca (ÓSCAR PINAL)

Los personajes del Entroido de A Mezquita, en A Merca, visitaron las casas de los vecinos durante la alborada para compartir licores y dulces

Las vistosas vestimentas de los Galos de San Pedro da Mezquita volvieron a recorrer las casas de esta parroquia de A Merca. En aquellas que les abrieron sus puertas, saborearon los licores y los dulces en medio de un clima festivo. Varió un poco, pues antes se pedían huevos y dinero, pero la fiesta no desapareció.

La diversión continuó a la salida de la misa, oficiada en la iglesia parroquial, que goza de la declaración de Bien de Interés Cultural. En el exterior, los galos hicieron bailar a los feligreses, repitiendo las costumbres de varias generaciones y que vecinos y jóvenes lograron revitalizar.

El mal tiempo atenazó la "monta do Galo", un ritual que pasa de padres a hijos y que sigue latiendo en las gentes de San Pedro da Mezquita. Minutos antes de iniciar la recreación de aquella tradición, los organizadores miraban al cielo con la confianza de que las nubes no arrojasen lluvia.

En la monta do Galo, los participantes disfrutan de unas horas de diversión y también se hacen acreedores de algunas rondas. Antaño, los vasos los pagaban los feos en las taberna. Aunque antes, los galos, que iban por parejas, debían perseguirlos y atraparlos después de que un feo se le subiese "á chepa". En caso de que el capturado se resistiese a pagar el obligado tributo de una ronda, sus perseguidores les "daban paos" hasta  conseguir que aflojasen las carteras.

Este domingo, aunque el tiempo no acompañó demasiado, los impulsores pudieron recrear la monta do Galo y evitar que se pierda esta curiosa tradición del Entroido.

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